•Capítulo 29•

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Elena

Dos semanas después....

He podido superar un poco lo que sucedió y ya estoy mejor.

Eso es lo que tú dices.
Ya bueno, puesss.

No fui a la fiesta de bienvenida, ¿por qué? Bueno, porque no me dio la gana y me sentía indispuesta. Me disculpé con Cristi y con Vero, pero Cristi tampoco asistió porque si yo no iba, ella tampoco. Vero sí asistió y nos dijo:«Estuvo de lo más patética como todos los años». Pierce me estuvo llamando y me dejó muchos mensajes, pero no le contesté. En el instituto ni lo miraba, intentó hablar conmigo muchas veces, pero Cristi le gritaba y también lo amenazaba.

Es mi amiga, ¿qué más puedo pedir?

Después de una semana, dejó de escribirme y pensé que se había rendido, y pues es verdad que tiene novia, espero que sea muy feliz con ella. La loca de Lucrecia ya no volvió a fastidiarme con sus amenazas, y sentía un fresquito.

Pero también pensaba en lo que me había dicho Osvaldo, que podría ser una mentira. He estado yendo varias veces a su heladería y hemos estado hablando mucho. Me agrada mucho y me invita helados gratis, y es genial. Pasé estas dos semanas para reflexionar sobre las cosas y es verdad, las cosas son diferentes sin pierce, sin sus estupideces y sus locuras, yendo al claro de tulipanes.

¡El claro de tulipanes!

Se me había olvidado que él me dijo que podía ir cuando quisiera, pero si está en la cabaña y me ve, no quiero hablar con él. No sé cómo hablar con él y lo odio.

Eso es pura mentira, tú lo amas y no lo odias, mentirosa.

En estas semanas Cristi se ha quedado conmigo. Me contó que enfrentó a sus papás y les dijo: «Yo me voy a quedar y no me voy a ir con ninguno de los dos».Y se enojaron aún más. Ella me dijo que si investiga quiénes eran sus padres biológicos, podría conocerlos, pero también podría descubrir que nunca la quisieron y por eso la dieron en adopción, y eso la puso muy triste.

—Tú que piensas, Eli, ¿debería buscar a mis padres biológicos sí o no? —me pregunta recostada en el borde de mi cama.

—Pues yo pienso que sí debes saber quiénes son y preguntarles por qué me dieron en adopción y porque no te quisieron....Bueno, solo es mi humilde opinión, amiga mía.

—Eso me pone triste, ¿sabes? Pero es mejor así, y si no los encuentro, ¿puedo quedarme contigo para siempre?.—dice levantándose.

—Por supuesto, puedes quedarte aquí todo el tiempo que quieras e incluso para siempre, me levanto y la abrazo fuertemente mientras nos lanzamos a la cama riendo.

—Siempre amigas —dice ella.

—Siempre amigas, pinky promesa—digo entrelazando nuestro dedo meñique.

—Pinky promesa —cruzamos nuestros dedos meñique como señal de promesas inquebrantables.

Escucho a alguien llamar al timbre y bajo las escaleras rápidamente.

Abro y es Osvaldo con Vero.

—Holaaa Bienvenidas a la pijamada de Elena —digo muy contenta.

—Elenita, mi vida, te veo mejor que el otro día, me alegro por ti—me saluda con un beso en la mejilla.

—¡Hey! herma, ¿por qué invitaste a esta pájara loca? jajaja—dice Vero, burlándose de Osvaldo.

—Oye, yo no soy una pájara loca.

—Okay, sí, adelante con la pijamada, está arriba en mi habitación—les digo mientras las dejo entrar.

Mi madre conoció a Osvaldo y quedó encantada con él, bueno, quedó encantada con ella. Aceptó nuestra amistad. Puedo decir que mi madre es la mejor.

•Un amor incondicional•(En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora