¿Porque? ¿Por qué te tapas los oídos? No tengas miedo, estoy a tu lado, estaré siempre. San absorto de atención, un hijo cuyos padres desprecian y evitan a toda costa refugiándose en los estudios, viviendo la vida de divertinaje, salvajes fiestas, s...
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Los días transcurrieron con normalidad para los estudiantes universitarios que decidieron tomar clases durante las vacaciones, en específico los que tenían clubes.
San se encontraba en uno de los salones haciendo labores, anotando en el pizarrón los ejercicios correspondientes, dentro del aula simplemente habían cinco alumnos, entre ellos Yeosang, sentado hasta al frente, así evitaría tener contacto con San. Seguía haciéndose imposible verlo directamente a los ojos, era una sensación desgarradora, cada vez que compartían la más mínima mirada unas inmensas ganas de llorar se apoderaban de su ser, era indescriptible una sensación tan absurda, pero esta vida requiere de enfrentar las más mínimas cosas, aún así, no podía evitar sentirse un poco cohibido ante eso.
- Chicos, vendré dentro de un rato, tendremos una reunión los profesores, continúen con sus deberes, y ustedes dos.- Señaló a dos alumnos que estaban en el salón además de Choi San y Yeosang. - Vengan conmigo, necesito que hagan otras cosas, andando - El profesor salió del salón de clases, indicandole a los dos alumnos que salieran con el, ambos dejaron solos a Yeosang y San en el interior de aquel salón de clases.
Aunque por dentro San estaba esperando quedarse solo con Yeosang, era todo lo contrario para el.
- Debo ir al baño... - La voz de Yeosang se hizo pequeña al quedarse completamente solo con San.
Desde su lugar pudo escuchar a la perfección aquel tono de voz, causandole inseguridad, habían pasado bastantes días desde aquel incidente, que no podría considerarse como un incidente si lo provocabas, además de las incontables veces en que lo maltrataba frente a los demás alumnos para gusto personal. Yeosang tomo su mochila dispuesto a cargarla sobre su espalda y salir de aquel lugar, pero un San desesperado por hablar llegó más rápido a la puerta del salón bloqueando esa única entrada.
- Espera, necesito hablar contigo.- Escuchar esas palabras más claras que el agua hizo sentir a Yeosang realmente mal, su respiración se cortó por un momento, ser una persona que desconfiaba de las demás nunca había sido así, incluso muchas veces solían comentarle al respecto, que era bastante confianzudo.
Con un movimiento de cabeza, Yeosang negaba, con fuerza cerró sus ojos deslizando su cabeza en sentido contrario, había sido más claro que el agua, al tener sus ojos cerrados unas pequeñas lágrimas abandonaron sus párpados cerrados, deslizandose por las mejillas hasta su barbilla donde finalmente caerían sobre la camiseta del menor.
- Por favor, San, por favor no hagas esto, ya no quiero tus maltratos, ya no.. - Su voz sonaba entrecortada, destrozada, al abrir sus ojos San ya se encontraba a unos cuantos centímetros del masculino. - No se que te hice para que trates así.. - Con torpeza limpio algunas lágrimas que se deslizaban sobre sus mejillas humedeciendo su palma en cuanto estas tocaron directamente contra su piel.