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"Graduación"
"Bienvenidos a la felicidad"
Parte III

— ¿Una sorpresa? ¿Que clase de sorpresa tienen preparada? — Yeosang estaba bastante confundido pero también muy emocionado por saber al respecto un poco más de aquella sorpresa.

Le encantaba cuando su pareja se comportaba misteriosamente porque sabía que cualquier cosa que solía hacer bajo ese pequeño misterio significaba que sería fabulosa. Pero está vez su familia estaba involucrada, aunque la familia de San no se encontraba presente en su graduación eso no importaba mucho, Yeosang había entendido desde hace mucho tiempo que los padres de San no estaban muy de acuerdo con su compromiso, pero eso no pensaba detener a ninguno de los dos.

Ellos querían casarse y eso harían en un futuro después de tener todo arreglado y que las cosas estuvieran en orden.

— Solamente debo decir que es una muy bonita sorpresa, tus padres me ayudaron bastante a decidirlo, así que el crédito es más para ellos que mío — San dijo aquellas palabras, rodeando uno de los hombros de su pareja mientras caminaban, manteniéndolo bastante cerca, un beso en su cabeza se hizo presente de forma cariñosa.

— Me parece un poquito extraño que mi mamá quiera ocultar algo — Yeosang formó en sus labios un pequeño puchero, pensar en el simple hecho de que su madre quisiera ocultar algo aunque fuese una sorpresa le daba una extraña sensación en su estómago.

La madre de Yeosang desvío su mirada en dirección hacia él, notando aquella pequeña incomodidad. Sin embargo, aunque ya habían llegado al automóvil de San, su madre se dirigió hasta Yeosang, tomando sus manos con suavidad, mientras que San y su esposo el marino se encargaban de ayudar a la abuela a entrar, guardando la silla de ruedas en aquella cajuela.

— Mi pequeño... Estoy realmente orgullosa de ti, no sabes cuánto orgullo me das — Mencionaba con un tono dulce, soltando una de sus manos para dirigirla hasta su mejilla, acariciando suavemente esta misma mientras lo veía con dulzura.

— Mamá.. siempre que dices eso me das una enorme felicidad — Había mencionado cuando escucho aquellas palabras, sintiendo sus mejillas enrojeciendo un poco, adoraba cuando su madre le decía aquellas cosas.

Los ojos de Yeosang se habían tornado un poco húmedos debido a las lágrimas que se habían formado por escuchar a su madre hablar de aquella manera, su corazón se enternecía cuando ella hacía aquello, dejandolo con una hermosa sensación en su pecho. Antes de que pudieran entrar al vehículo la abrazo suavemente con una sonrisa más que amplia, ella respondió a su abrazo y todo fue tan diferente.

Esa sensación cálida que solamente su madre solía brindarle lo ponía bastante feliz, entusiasmado y contento. Cuando se separaron ambos subieron al vehículo, Yeosang estaba en el asiento delantero mientras que su abuela junto con su madre y padrastro se encontraban ahora en los asientos traseros.

— ¿Ahora sí estás listo, amor? — San menciono aquellas palabras, colocando una de sus manos por sobre las de su pareja, con suavidad acaricio esta misma mientras Yeosang respondía al enlace que prontamente se había formado.

— Estoy más que listo Sannie — Y así fue como ambos se dirigieron hasta un restaurante, ese restaurante tenía buena pinta, su fachada solía ser rústica, con algunas plantas por fuera generando así mismo un ambiente más natural, cómodo, agradable sobre todo.

Aunque el trayecto hasta aquel lugar fue relativamente largo, durante su ruta San platicaba no solamente con su pareja, de vez en cuando se dirigía a sus suegros con todo el respeto del mundo, mencionando al respecto sobre lo feliz que estaba por qué los acompañaran en aquel día tan especial.

Al llegar a dicho restaurante, San bajo del vehículo, rodeo este mismo dirigiéndose hacia la puerta del copiloto donde se encontraba su prometido, abriendo la puerta para ayudarlo a bajar tras colocar una de sus manos cerca del ajeno, mientras tanto, una de las manos masculinas se centro en abrir la puerta de los asientos traseros donde estaban sus suegros y la abuela de su pareja.

En cuanto el padrastro bajo, se dirigió casi de inmediato hacia la cajuela del vehículo de dónde retiro esa silla de ruedas que con anterioridad habían guardado para mantenerla segura en todo instante. Una vez que su pareja bajo, San se dirigió hasta la abuela de Yeosang ayudándola a bajar.

El padrastro de Yeosang ayudó a llevarse a la abuela mientras que su esposa estaba acompañándolo al lado, San sujeto firmemente aquella mano de su pareja, comenzando a guiarlo hasta el interior de aquel restaurante. Ni en sus sueños más locos hubiera imaginado que el lugar estaría decorado por un hermoso color dorado, mezclado con tonalidades rojizas, cautivando la vista de Yeosang, y una enorme mesa en el centro. Con específicamente cinco asientos, pero había dos más también.

— Ya llegaron, los estabamos esperando — Un sonriente Jongho acompañado por un feliz Wooyoung aparecieron tomados de la mano, abandonando la cocina.

Al verlo Yeosang sonrió ampliamente, estaba bastante sorprendido por verlos allí, sus manos rápidamente vagaron hasta sus propios labios cubriendo estos mismos con firmeza, debido a la sorpresa evito gritar ya que estaba bastante emocionado.

— Yo los invite, se que te gusta su compañía — Menciono San, rodeando la cintura de su pequeño por la espalda, ante eso Yeosang se sobresalto un poco, pero acepto bastante feliz ese abrazo de su pareja.

— ¡Es el mejor regalo que me han dado! — Comento con entusiasmo, y esa sonrisa que adornaba sus labios de una forma realmente encantadora.

Así fue como la familia tuvo una cena espectacular, entre risas, platicas divertidas, agradables, cómodas, donde se contaban que había sucedido ese tiempo con ellos, sobre todo como se encontraban ante las situaciones que se habían presentado. Pero el que estaba más feliz de todos era Yeosang, por qué había encontrado una verdadera familia junto a la persona que amaba con toda su alma.

San...

Diamond "SanSang" [Parte I, II Y III]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora