03

3 0 0
                                    

"Feliz cumpleaños al amor de mi vida"
"Ojitos de amor"
"¿Quieres...?"
"Parte III"

San procuraba hacer aquella cena lo más hermosa posible. Su comida había estado deliciosa, ahora ambos se encontraban platicando sobre algunas cosas en particular, no solamente querían llevar a cabo las sorpresas que San tenía esa noche, Yeosang siempre consideraba que la comunicación era parte fundamental en todo.

— Creo que fue la decisión más acertada que tuve, venir contigo aquí, mi amor — Yeosang observaba sus manos juntas, dibujando una sonrisa debido a que estás se encontraban sobre la mesa. — No me arrepiento de este día. — Murmuró sintiendo sus mejillas sonrojarse.

— Yo nunca me he arrepentido de haberte conocido, mi amor, eres la mejor decisión que he tomado — Llevo aquel enlace hasta sus labios para depositar un dulce beso sobre su dorso. — Aunque hemos tenido altibajos en estos dos años juntos, aún así, no me arrepiento de nada, siempre serás mi mejor decisión — Acaricio con el pulgar el dorso de la mano ajena.

En un momento dado sus miradas se encontraron, adoraban cuando esa clase de cosas sucedían.

— Por cierto, creo que es tiempo de que soples las velas de tu pastel, y pidas un deseo — Cuando hizo mención al respecto sobre aquellos, uno de los meseros de acercó para colocar unas cuantas velas sobre el pastel, encendió estás y se retiró ir viendo un poco más de vino en casa copa dejándolos las solos unos momentos.

— ¿Tan pronto? — Yeosang comenzó con un poco de comedia en sus palabras, riendo un poco ante su propio comentario.

— Ya es muy tarde mi amor, tiene que ser este día, no mañana — Ahora era San quien no pudo evitar reír por el propio comentario, invitando a que su pareja soplará aquellas velas.

Yeosang asintió con un movimiento de cabeza frente a esas velas encendidas, ambos se soltaron las manos para que Yeosang uniera sus propias manos y cerrará sus ojos para pedir ese deseo.

Entre ese corto lapso de tiempo le indico al mesero sobre la siguiente sorpresa que se llevaría a cabo cuando terminara de soplar las velas. Ese joven mesero asintió retirándose para ir por ese regalo sorpresa que San tenía preparado esa noche.

Cuando Yeosang abrió sus ojos tras pedir su deseo soplo las velas con fuerza, San sintió un poco esa brisa cálida chocar contra su rostro causando una sensación agradable en su interior.

— Esto viene por la casa, que lo disfrute — El mesero se acercó hasta la mesa con aquella pequeña bandeja donde se encontraba el pedido de Choi San.

Yeosang por un momento estuvo dudoso de que se trataba, pero al desviar su mirada su pareja trato de descifrar de que se trataba. Ese joven coloco aquel plato de porcena blanca frente a los ojos de Yeosang por un costado del pastel, con una frase en otro idioma que Yeosang no comprendió al momento, pero logro hacerlo cuando el mesero colocó una pequeña cajita de madera abierta con decoración de corazón, mostrando dos anillos de compromiso.

Yeosang cubrió sus labios con ambas manos sintiendo como sus pequeños ojos se sentían pesados, sus pupilas dilatandose por tan maravillosa sorpresa.

San se levantó de su asiento, tomo entre sus dígitos el anillo que mantenía un infinito grabado y se acercó hasta su pareja, Yeosang se removió sobre su asiento de tal forma que quedará en dirección donde San se había puesto sobre una rodilla, manteniendo aquel anillo entre sus dígitos.

— Yeosang.. Mi pequeño rey.. — San musitó aquellas palabras con un tono de voz alto para que pudiera escucharlo, tomo una de sus manos sintiendo los nervios apoderarse de su cuerpo, sintiendo como su garganta se ponía un poco seca debido a los nervios acumulándose en su interior, tragó saliva por un momento, soltó un suspiro suave recaudando todas las fuerzas y el valor que tenía en ese momento. — Se que llevamos dos años juntos, pero han sido maravilloso para mí, quiero seguir compartiendo contigo cada momento que me preste esta vida, seguir haciéndote feliz eternamente, prometo que siempre te amare sin importar que o quienes, quiero que ambos formemos una hermosa familia, que nuestros hijos se parezcan a ti, me encantaría que fuera así, sería maravilloso verlos crecer, enamorarse, llorar, reír, quieor compartir cada momento de esos a tu lado

Las palabras que San estaba mencionando le arrebataron pequeñas lágrimas al menor por tan hermosas que sonaban en su cabeza, repitiendo una y otra vez estás mismas, aunque Yeosang aún mantenía una de sus manos sobre sus labios cubriéndolo por dicha impresión que no dejaba a su corazón tranquilo por tantos latidos que se encontraba dando contra su pecho.

— Por esa razón, ¿Te quieres casar conmigo? — Los ojos de Choi San brillaron al mencionar aquellas palabras hacia su pequeño, con la ilusión de recibir una respuesta afirmativa, conforme pasaron una cantidad de segundos cortos ya se sentía tenso pero estaría dispuesto a esperar por esa respuesta.

Yeosang soltó su mano para abalanzarse contra Choi San rodeando sus brazos alrededor de los hombros ajenos, comenzando con un ataque masivo de besos en cada rincón de su rostro al igual que unos cuantos sobre sus labios.

— ¡Me encantaría ser tu esposo! ¡Acepto, acepto, mi amor! — Chillo Yeosang emocionado, dándole esa respuesta que tanto esperaba.

Choi San coloco aquel anillo en el dedo correspondiente sin poder evitar dejar de sonreír, Yeosang hizo lo mismo, colocando el siguiente anillo en el dígito correcto, finalmente lo abrazo de la misma manera que antes por sobre el cuello, ocultando su rostro entre este mismo.

En ese momento se sentía tan feliz, y nadie podía quitar esa enorme felicidad que sentía, nunca se había imaginado que San estaría dispuesto a proponerle tal cosa, mucho menos en su cumpleaños, en un lugar tan hermoso como lo era París ¿Acaso no podía dejar de ser tan romántico?

Diamond "SanSang" [Parte I, II Y III]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora