"Fiesta alocada, besos ocultos, sentimientos encontrados"
"Parte III"
Las pequeñas manos de Yeosang formaban un par de puños encimandose sobre los hombros masculinos cuando lograba acortar la distancia entre ambos rostro, la forma tan peculiar en que sus labios tocaban los propios era una sensación increíble, nunca antes habia logrado sentir tales sensaciones tan maravillosas, los labios de San eran suaves, cálidos. Su corazón comenzaba a latir desesperadamente volviéndose rítmico el constante latir mezclado con nerviosismo.
"Terminaron los siete minutos"
Uno de sus compañeros desde afuera grito aquellas palabras para que los dos dentro del armario escucharán a la perfección, inmediatamente Yeosang se alejo de San con sus mejillas completamente rojas debido al reciente mar de sentimientos confusos que empezaba a experimentar más no conocer del todo. ¿Por qué se sentía tan nervioso? ¿Por qué su corazón latía como loco? La luz exterior de la fiesta reciente comenzó a inundar el interior de aquel armario cuando las puertas fueron abriéndose, causando un poco de ceguera en los ojos de Yeosang debido al impacto de la luz que logro cubrir bien con un brazo, el sonido de la música por igual comenzó a escucharse más frecuente y audible. Cuando las puertas fueron finalmente abiertas todos los presentes que jugaban ese juego observaban curiosamente a los dos.
— ¿Y bien? ¿Que tanto estaban haciendo?— Mingi cruzo sus brazos entrecerrando sus ojos, el nerviosismo que Yeosang mostraba por el tono rojizo de sus mejillas lo decía todo, antes de poder decir algo, un seguro San sujeto la muñeca del menor creando un agarre fijo.
— No es de tu incumbencia mi amigo, omitire los detalles, por ahora, nos despedimos, lo llevaré a su casa. — Guiño uno de sus ojos en dirección hacia Mingi, el cual logro entender a la perfección, con un movimiento de cabeza estaba de acuerdo en su decisión.
— Bien, nos vemos en clases. — En su expresión se formó un poco de molestia, con un movimiento de sus manos lo expulsó de aquella fiesta.
Aunque permanecian en un lugar un poco alejado de todos, donde la música no podía escucharse del todo, podía hablar cómodamente. Yeosang se encontraba un poco confundido. Cuando sujeto su mano sintió cosquillas en la zona, tal vez por ese nerviosismo que aún mantenía en su cuerpo latiendo cuál ritmo cardíaco acelerado, se sentía tranquilo pero al mismo tiempo también nervioso, decidió seguir a San, conocía el camino a casa, pero mientras caminaba entre la multitud esos momentos en los que San lo molestaba vinieron a su mente una vez más. Al abandonar la fiesta, encontrarse en el estacionamiento se libero de su agarre cuando lo sintió más tranquilo.
Esa inseguridad de sentirse nuevamente en la boca del lobo lo hizo sentir incómodo, un escalofrío recorrió cada centímetro de su cuerpo. Cruzo sus brazos tratando de quitarse ese pequeño frío de su cuerpo, pero al momento en que San sintió como deshacía su agarre se giro sobre su propio eje dirigiendose hacia Yeosang al notarlo de esa manera, un poco preocupado.
— Hey, ¿Que sucede? — Su tono de voz sonaba preocupado, al ser grave lo hacía entender que estaba siendo regañado. — No planeo hacerte nada malo, quedó más que claro cuando estábamos ahí adentro juntos ¿No?— San alzó una ceja, con unos cuantos pasos se aproximó hasta Yeosang pero el retrocedió los mismos pasos que el dió.
— No te acerques, no quiero que me lastimes.. — Cerró sus ojos con bastante fuerza al notar la cercanía del masculino, moviendo su cabeza hacia un costado contrario para no verlo.
Su cuerpo se tenso cuando San sujeto sus mejillas entre ambas manos, tan calidas y al mismo tiempo tan grandes, que lograban envolver cada centímetro de su rostro. Sus mejillas rojas cuál carmín por el mismo agarre.
Esa noche la luna adornaba el cielo mostrando su luz brillante en dirección hacia ellos, rodeado de estrellas cayendo como un hermoso manto sobre ambos, sus ojos se clavaron perfectamente contra los de Yeosang, en los labios masculinos se dibujo una sonrisa pequeña que solamente podía formarse al formar una línea en sus labios, y finalmente sonreír por un costado en una pequeña curva.
Con la fuerza que poseía atrajo el cuerpo del menor una vez sus manos se deslizaron hasta su espalda, esa misma rudeza hacia que Yeosang se sintiera conforme, una vez su cabeza tocó directamente su pecho pudo sentir la calidez del cuerpo ajeno, el constante ritmo que impartir su corazón al dar golpeteos directos contra su pecho no solamente hacían sentirse avergonzado ambos, también Yeosang podía darse cuenta un poco al respecto sobre esos pequeños sentimientos encontrados.
— ¿Por qué late tan fuerte? — Yeosang hizo el comentario, referente al corazón alocado de San golpeando contra su pecho en un ritmo cardíaco anormal.
— Es por la luna. — Simplemente comento aquellas palabras, llevando una de sus manos en dirección a los cabellos masculinos, enredo sus falanges contra las hebras e impartió pequeñas caricias sobre aquellos suavemente.
— Hoy está muy hermosa ¿Verdad?— Levantando un poco la vista, Yeosang observó la luna, tenía mucha razón, estaba sumamente hermosa esa noche.
San por un instante se perdió en un mundo completamente diferente una vez que observó a mayor detalle el rostro de Yeosang saliendo del escondite, se veía precioso con esos ojos brillantes, su sonrisa extenuante, las mejillas rojizas que hacían resaltar su tono de piel porcelana.
— Si, lo es, muy hermoso. — Tratando de despejarse un momento, San sujeto su muñeca obligandolo a seguirle, a Yeosang lo saco de su trance con la luna hasta que llegaron al automóvil.
— ¿De verdad planeas llevarme a casa? — Yeosang estaba un poco confundido pero al mismo tiempo enternecido.
— Si, no por nada lo he dicho, anda, sube, no te haré nada malo. — Con una de sus manos abrió aquella puerta, sujetando firmemente la perilla, una vez que la puerta fue abierta extendió su mano en dirección hasta el.
Yeosang con cierto temor ingreso al vehículo después de sujetar con firmeza la mano impropia, sobre el asiento con la vista buscaba el cinturón de seguridad pero San se adelantó más de lo pensado. Su corazón comenzó a latir a un ritmo acelerado cuando San se acercó bastante a su cuerpo para tomar aquel cinturón y colocarlo por encima del abdomen masculino, le regaló una sonrisa a Yeosang como la de antes, cerró la puerta una vez se alejo, rodeo el vehículo, encendió la pantalla del centro que era un GPS.
— ¿Puedes indicarme dónde vives? — Teniendo el GPS encendido, Yeosang observó a mayor detalle aquella pantalla, se veía fascinante a simple vista.
Anoto la dirección en el GPS, una vez que todo estaba listo, San arranco adentrandose a la carretera. Dentro de quince minutos en que nadie dijo absolutamente nada llegaron frente al hogar de Yeosang, pero San no estaba ahí para ver los defectos que tanto mencionaba, porque nunca fueron verdad.
— Hemos llegado. — Menciono estacionando el vehículo al frente.
Con un movimiento de cabeza Yeosang asintio, dibujando la sonrisa más preciosa que en su vida había visto, con un movimiento de sus manos se despidió dentro del automóvil antes de salir, desabrochó su cinturón de seguridad y salió por aquella puerta, cerrándola al estar fuera, aún con sus manos se despedía de San.
— Nos vemos, San, muchas gracias por traerme, maneja con cuidado..— Una vez que Yeosang atravesó el porche de la entrada desapareció por la puerta delantera.
San soltó un grave suspiro dejándose caer contra el asiento del conductor, aquella noche había sido su pequeña oportunidad y la había aprovechado al máximo, ahora se preguntaba ¿Tenía la misma confianza de hacerlo en público sin la necesidad de ocultarse?
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Diamond "SanSang" [Parte I, II Y III]
Fanfiction¿Porque? ¿Por qué te tapas los oídos? No tengas miedo, estoy a tu lado, estaré siempre. San absorto de atención, un hijo cuyos padres desprecian y evitan a toda costa refugiándose en los estudios, viviendo la vida de divertinaje, salvajes fiestas, s...