—Maldita hija. ¿Estás son horas de llegar? —me grita ese hombre que dice llamarse mi padre.
—Estaba trabajando —contesto pasando de él y dirigiéndome a la cocina.
Esto es un puto desastre. Los recibientes amontonados unos sobre otros sobre la encimera. Las losas que hace mucho dejaron de ser blancas están sucias. Ni inmutarse por encontrar nada para la cena, si no lo hago yo, nadie lo hace aunque estén desocupados.
—Hasta que al fin llegó la princesa —llega a la cocina Tiffany, mi cuñada. Un verdadero grano en el culo—. Tengo hambre, así que no demores en hacer la cena.
—Le pondré veneno a tu plato —expongo.
Un jalón fuerte en el pelo me hace quejarme.
—Cuidado con tus amenazas hermanita —expresa mi hermano apretando aún más mi cabello.
En una humilde casa, en uno de los barrios más malos del estado vivo yo, en compañía de tres seres que no podría detestar más, mi padre, mi hermano y mi cuñada. Mi padre vive por su varón. Mi hermano vive por su mujer y todos viven para hacerme la vida imposible.
La única persona que me cuidaba y me amaba realmente era mi madre, pero ella no está. Tengo recuerdos de ella cuando niña, recuerdos bonitos, sin embargo, ella solo venía a verme, no vivía conmigo. Al ser una niña no entendía sus motivos de por qué me dejaba aquí en este infierno.
Trabajo como camarera en la University Sunset. La paga es aceptable y el trabajo de infierno. No paro en todo el maldito día. Al terminar la jornada laboral tengo que llegar a esta casa, si así se le puede llamar y trabajar horarios extras, la diferencia, aquí no hay paga y el trabajo también es de infierno.
«Los hombres no se encargan del quehacer del hogar, eso es responsabilidad de ustedes las mujeres»
Esa es la frase que repite mi padre cuando llego a casa cansada y lo encuentro mirando la tele mientras la cocina es un desastre. Por otra parte mi hermano ocupa su tiempo en su mujer y meterse en problemas. Mi bella cuñada no puede hacer nada porque está embarazada. Ahora es que tengo conocimiento de que el embarazo es una enfermedad, que te impide hacer cosas. «Su cara es una maldita pared, dura»
Suspiro profundo para tranquilizarme y repetirme mentalmente que ya falta poco. Serán ellos tres los que me rogarán a mí, los que vendrán de rodillas, suplicando perdón. Y me reiré de ellos, gozaré de los lujos delante de sus narices.
Termino de hacer la cena y busco ropa para darme una ducha.
Es mejor estar muerto, que vivir como vivo yo. Desde los quince años estoy viviendo exactamente esto. Soy una princesa sí, Cenicienta. A la que la explotan en los quehaceres mientras la otra goza de tener esclava. Estoy aburrida, aburrida de dejar que la vida me pase delante de mis ojos y yo pudriéndome aquí, en esta choza, en este suburbio.Hace ya varios meses me tracé un objetivo y destaqué el medio de obtener resultados. No es difícil, solo necesito un medio o mejor dicho una persona. Me he cegado tanto por cumplir mi sueño, que me he tomado la libertad y prometido a la vez el quitar de mi camino a todo aquello que sea un estorbo.
«Lo cumplí y lo seguiré cumpliendo»
Cuando termino de ducharme voy a la cocina en busca de comida, pero, es actividad en vano, no hay nada. Se ha comido toda la comida que he hecho, pero que además han dejado todos los platos sucios sobre la encimera.
Decido salir de ahí con el propósito de caminar sin rumbo fijo. Necesito tomar aire, más que comer algo. La furia, el odio, todo está creciendo en medidas altas, convirtiéndome en una persona diferente.
«No puedo seguir con esta miserable vida»
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Caer en su juego [Serie Juegos. Libro I]
RomanceCaer en su Juego, es la primera parte de la Serie Juegos. Es necesario leer esta parte para proseguir a las demás, pues aquí saldrán los personajes que protagonizarán los posteriores libros. HISTORIA NO ROSITA Y ERÓTICA _____________________________...