31. Emmaline

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Los ojos me pesan demasiado. Intento abrirlos pero, es una batalla en vano. Me duele todo el cuerpo. He estado drogada, me han golpeado, me han violado, me han hecho tantas cosas que hasta mencionarlas me desgarran.

—Pero si despertó la princesa —se burla Jonas—. Espero que tengas la fuerza requerida —dice mientras prende algo que hace un ruidito intenso—, porque te volveré oficialmente mía.

¿Qué?

Ni siquiera tengo fuerza para protestar o lamentarme. No puedo gritar, no puedo hacer absolutamente nada.

Me pone boca abajo con tosquedad. Intento gritar, pero no sale nada de mis labios. Siento un pinchazo constante en mi nalga derecha. Me está haciendo un tatuaje, me está marcando.

Joder.

Quiero morirme ahora. Jonas ha acabado conmigo, con exactamente todo. He pasado los peores días de mi vida y prefiero morir, morirme ahora, porque no tengo fuerzas suficientes para aguantar más de esto.

Pasan los segundos y para mí se sienten como horas. Los pinchazos no cesan. Las lágrimas brotan de mis ojos.

«Jonas para por favor» «Te lo ruego, detente».

Lo decía, realmente lo decía, pero mis oídos no escuchaban mis propias palabras. Era como si no pudiese hablar.

Mi cuerpo no puede estar más mal. Sin embargo, no sé si es que ya estoy delirando que escucho la voz de Niall. Esto me produce más dolor aún. Cuando vuelva a despertar seguiré siendo nada en las manos del despiadado de Jonas.

El ruidito de la máquina de hacer tatuajes se acaba. Siento golpes, muchos golpes.

«No quiero delirar, no quiero» «Cuando me levante será más difícil saber que no fui rescatada verdaderamente»

«Quiero morir» «No quiero más días así».

Unas manos fuertes toman mi cuerpo. Debe hacer un esfuerzo titánico por tenerme en sus manos porque ahora mismo no puedo agarrarme, soy solo un poco de mantequilla.

—Jasper, no lo mates. Me encargaré yo —escucho la voz de Niall.

Depositan un beso en mi frente y dentro de tantas cosas negativas que ha propiciado mi cuerpo estos días, eso le provocó calidez.

—Toma Jacob. Me encargaré de él —escucho otra vez la voz de Niall. Siento como mueve sus manos y me separa de su pecho.

Hago un ligero toque. Intento apretar con fuerza para que entienda pero no lo logro. Solo ese simple roce con un dedo.

Niall ha tenido la capacidad de entenderme desde que me conoció. No había cosa en mi que no interpretara. Pero quizás, estaba pidiendo demasiado, un simple roce no puede indicarle...

Vuelve a pegarme a su pecho. Y suelta alguna orden que no entiendo. Me vuelvo a sumergir en un profundo sueño.

***
Los ojos me pesan aún, pero logro de a poco ir abriéndolos. Al menos el lugar sobre el que estoy no se siente tan duro y frío. La luz me encandila y vuelvo a cerrar los ojos. Pasan una mano por mi cara y no sé por qué pero creo que es nuevamente Jonas el que me tiene y automáticamente me quejo.

—No me toques —digo bajito.

—Tranquila Panaderita, soy yo —susurra Jordan.

Me quedo quieta y callada. Sé que no me hará daño, sin embargo, todavía algo de miedo aparece en mi interior.
Unas manos me colocan de lado y unos dedos se mueven sobre mis nalgas.

—No —esta vez casi grito—. No me toques, por favor.

Los dedos se detienen de pronto.

—Es solo pomada Florecita —comenta Jasper y deposita un beso en mi frente.

Caer en su juego [Serie Juegos. Libro I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora