Mientras Jonas se llevaba a Emmaline. Jacob debería ir a correr con Edward, el maldito lo había seguido y pedía la revancha o le haría daño a su rubia. Niall por otra parte debería participar en una reunión de la policía, para contar los avances de los casos pendientes. Jasper debía acompañar a su hermana. Últimamente tenía muchos bajones después de su aborto. Jordan volvió al hospital, pues si madre había movido nuevamente los dedos.
Laila no se daba cuenta de la demora de su amiga hasta al menos media hora que decide buscarla. Visita cada espacio de la casa y no la encuentra. Piensa a quién debería preguntarle, pues podía estar con cualquiera de los Élite J.
Toma el micrófono, pues el Dj se ha marchado y pregunta a todos si la han visto, a través de una descripción que da. Nadie contesta, así que no le queda más remedio que escribir a Jacob.
No veo a Emmaline. Si está contigo avísame. Estoy preocupada.
Hace lo mismo para Jasper y Jordan.
—Tara, necesito el número de Niall, el policía.
—Tendré que pedirle ayuda con eso a mi madre —comenta—. ¿Crees que el ayude?.
—Tara el se lleva muy bien con Emmaline. Dile a tu mamá que sea cuidadosa cariño, tu padrastro vive por tu hermanastra y ella, por lo que me has dicho es fiel seguidora de Niall Wayne.
—Tranquila. Ya regreso —le dice la chica.
Mientras Laila intentaba localizar a los chicos Jonas amarraba a Emmaline en una camilla. El chico se sentaría a esperar con paciencia que la rubia despertara.
No tarda mucho en hacerlo. Ella mira a todos sitios, intentando localizar el lugar, pero no lo reconoce. Una amplia sonrisa se forma en el rostro de Jonas. Emmaline al verlo, se mueve inquieta sobre la camilla, como si de esa forma pudiera soltarse.
—De nuevo conmigo, bella mía —expresa Jonas mientras se acerca a ella.
—¿Qué mierda hago desnuda Jonas?. Suéltame —grita la rubia.
—Por mucho que grites, nadie te va a escuchar, querida —él pasa las manos por el cuerpo de ella y aprieta sus tetas.
—Suéltame Jonas. Suéltame imbécil —vuelve a gritar desesperada la chica.
—No lo niegues putica. Te gusta follar. He visto como lo has hecho últimamente. Dos el mismo día. Vaya princesa, has aprendido mucho.
El hombre, tras mover una palanca las piernas de la rubia se abren, permitiendo el acceso de Jonas a su coño.
El temor de la rubia se incrementaba. Los gritos eran ensordecedores. Las lágrimas empezaban a salir, cuando Jonas introduce su polla.
Gritar no servía de nada. El chico la embestía con fuerza. Emmaline miraba a un punto fijo como si eso le aliviara. Y no, no lo hacía, las lágrimas de la chica salían a cántaros.
—Te gusta, verdad putica. No puedes ver una polla que te vuelves jodidamente loca.
Otro grito, otro suspiro, pero de nada valía.
—Maldita zorra —expresa Jonas y seguía arremetiendo con ganas—. Debía haberte cogido más. Así no tendrías la imperiosa necesidad de follarte a todos los hombres que se te pasen por delante.
—Sí, me los follo a los cuatro, porque soy irremediablemente adicta a esas vergas, pero la tuya me da asco...asco imbécil —grita la rubia.
Creyó que si lo alteraba se detendría, pero eso fue una mala jugada. A llamado la ira en él y esto que hace a penas es el principio.
No deja de embestirla y golpea su cara a casa segundo. La rubia no tenía ya fuerzas para gritar, tampoco había forma de frenarlo.
—Tú no sabes follar, imbécil.
Y esas palabras de Emmaline acabaron con Jonas. El chico empezó a golpearla. Tenía el ego demasiado alto y no por culpa de Emmaline.
—Jade decía todo lo contrario —expresa él—. Tu querida mejor amiga que se follaba a tu novio.
La rubia quedó quieta con ese comentario. Jamás creyó que Jade estuviese con Jonas. A medida que pasaba el tiempo más descubría lo que verdaderamente era esa que llamaba amiga.
Entre golpes, Jonas se dirige a su cabeza y Emmaline cae en sueño nuevamente.
Por otra parte, ya los chicos habían recibido el mensaje y conducían acelerados a la casa de la fiesta.
—Laila ¿Cómo demonios la perdiste de vista? —inquiere furioso Jacob.
—Cálmate Jacob. No vi peligro. Solo caminó hasta la cocina. Además Jacob, pensé que estaría con alguno de ustedes.
Los cuatro enloquecen buscándola por cada sitio y no hayan forma alguna. Preguntaron a cada persona de la fiesta y nadie sabía nada.
Emmaline volvía a despertar y ahí la esperaba con ansias Jonas.
—Lista para otra sección princesa —comenta el tío mientras se coloca frente a ella. Coloca la punta de su erección en el segundo hueco. La rubia vuelve a gritar y las lágrimas parecen no cesar.
—Cállate —le grita Jonas y empuja su erección con fuerza. Un grito desgarrador sale de la boca de Emmaline—. ¡Qué te calles! —la golpea nuevamente.
La rubia lamentaba el haber asistido a esa fiesta. Le estaba doliendo horrores todo el cuerpo, que incluso hasta para gritar requería de mucha fuerza de voluntad.
Jonas mantiene su posición y como antes la embiste cegado.
—Tú...no...eres...un...hombre —pronuncia Emmaline.
Cómo la vez anterior Jonas no deja de violarla, sino que la golpea además.
A varios kilómetros de distancia estaban los chicos.—Deberíamos llamar a la policía —sugiere Tara.
—No. La policía soy yo. Yo me encargaré de encontrarla. ¿Había algo que te llamara la atención de la fiesta? —le pregunta a Laila.
—No. Todo estaba igual a las fiestas que siempre se han hecho. Parecía que estaba incómoda de estar a nuestro lado y salió a caminar. Lo entendía, no quería atosigarla. Pensé que alguno de ustedes vendría pronto.
—Maldita sea —expone Jordan—. Todo el puto tiempo estamos atrás de ella y hoy, hoy no había nadie.
Los chicos no parecían acomodarse. Todos se reclamaban a sí mismos el no haber estado. Se dividían para buscarla, en cada sitio que pensaría que estaría. La ciudad parecía quedarles chiquita, sin embargo, hay un sitio en el que no buscaban. Tal vez, estaban en lugares básicos.
Volvía la rubia a despertar y otra vez, de manera incansable estaba Jonas esperando por ella.
—Es hora de alimentarte princesa —comenta mientras le acerca un refresco.
Ella cierra la boca con fuerza y mueve su cabeza negándose a beber algo de las manos de Jonas, pero el tío le proporciona varios golpes hasta que a la rubia no le queda más remedio que aceptar.
La atraganta con la bebida. Emmaline se atora pero eso a él no le detiene.
—Eso princesa. Ahora estaras mejor.
Los segundos pasan y Emmaline nota que esa bebida contenía algo. Ya había estado así antes. La punzada en la cabeza y el mareo. A partir de ese momento dejaba de ser ella.Pasó alrededor de dos horas para que Emmaline volviera en sí. Jonas durante ese periodo de tiempo solo la tocaba, no la violaba. Dejaba el daño para cuando ella estuviera en sí. Quería proporcionarle sufrimiento, quería que llorara, que suplicara.
—Despertaste bella durmiente —ironiza Jonas—. Otra follada nena. Sé que no te basta con una.
El tío volvía a embestirla. Ya Emmaline no tenía fuerzas para resistirse o llorar. Jonas al no verla poner resistencia vuelve a golpearla.
—Resiste putica, porque estarás muchos días aquí, con tu hombre. El único princesa. No hay nadie más.
ESTÁS LEYENDO
Caer en su juego [Serie Juegos. Libro I]
RomanceCaer en su Juego, es la primera parte de la Serie Juegos. Es necesario leer esta parte para proseguir a las demás, pues aquí saldrán los personajes que protagonizarán los posteriores libros. HISTORIA NO ROSITA Y ERÓTICA _____________________________...