34. Emmaline

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Al final me he quedado en casa de Niall. Jamás había estado aquí. El departamento queda relativamente cerca del club. A pesar de ser un poco oscuro, por las tonalidades en negro y carmelita, el estar cerca del club deja al interior del departamento cuánto menos importante.

La mano de Niall rodea mi cintura. Siento un calor y una protección ilimitada cuando estoy en sus brazos. Me gusta demasiado este hombre, en cambio, en mi interior siento cosas por Jacob, Jasper y Jordan.

—¿Qué piensas tanto? —pregunta Niall con la cabeza en mi cuello.

Me siento a horcajadas sobre él, moviéndome sobre su polla en ocasiones.

—Me tienes solo para ti. ¿No crees que es hora de compartir? —inquiero.

—No te tengo amarrada bonita. Anda, ve.

Sus manos se cruzan detrás de su cabeza. Es cierto, todo ha sido porque soy malditamente adicta a él. No me ha prohibido nada nunca.

Percibo su erección y la excitación empieza a presentarse en mi cuerpo, fatalmente torturadora.

—Ellos han estado como tú, ellos también provocan cosas en mí, pero no puedo negar el hecho de que contigo tenga mucho más y no hablo solo de follar Niall.

—Me iré Emmaline. Dentro de tres años o quizás menos. Mi padre requiere a su único heredero. He pedido como máximo tres años para volver.

Me bajo brusco de encima de él, como si su piel emanara fuego. Me quedo de espaldas mirando no se qué mierda porque ahora mismo solo me centro en mis pensamientos.

—¿Por qué mierda no me has hablado claro antes? —inquiero y mi voz sale más dura de lo normal.

—Ha pasado durante tu secuestro —comenta.

—Has tenido tiempo Niall. ¿Para qué mierda esperas que me involucre más contigo?.

—Emmaline, recuérdalo, «tu y yo nacimos para comernos el mundo y lo haremos juntos»

—Pues tu frase está fallando estrepitósamente.

—No será demasiado tiempo lobita. Volveré a ti.

—Llévame con los chicos Niall. Déjame pensar...

—Cariño —la voz de Olive se corta en la puerta del cuarto de Niall.

Repara en mí de arriba abajo, cubierta únicamente por una camisa del maldito policía.

—¿Cómo demonios tienes la llave Olive? —inquiere con fastidio Niall.

—Recuerda cariño, que yo soy tu mujer. Todo lo que quiero lo logro. Los obstáculos los barro en el camino.

—No me toques las pelotas. Hablé claro con Roman acerca de esto.

—Dejen sus discusiones de marido y mujer para después. Niall ¿me puedes llevar al club?.

—Tu no irás a ningún lado...

Olive se lanza hacia mí con notable furia. Estaba en alerta y esperando por ella. No le tengo miedo. Después de todo lo que ha pasado el resultado de los celos de una mujer no me va a intimidar.

Olive nunca llegó a mí. La mano del policía le rodeó el cuello y le impidió acercarse.

—Escúchame bien Olive, la tocas y te mato. Me importa bastante poco que tenga que matar a tu padre y a todos los policías de mierda que le siguen. Piérdete —le habla con tanta tosquedad, demasiado serio, que ella se tensa bajo su mano.

Niall suelta su agarre y ella lleva su mano al cuello. Acariciando la piel del mismo como si de esa forma aliviara la molestia que pudo haberle provocado la rudeza del policía. Este le dedica una mirada amenazante y repite:

Caer en su juego [Serie Juegos. Libro I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora