Diez días habían transcurrido desde aquel día. El temor de perder a Niall se fue disipando a media que pasaban. No mintió cuando dijo que no pasaría nada. Ya se había esparcido la noticia de la desaparición de Olive y su padre tenía a las autoridades revueltas, pero todo lejos de Niall.
Hace ocho días he estado vigilando a Pya y Selena. Para Pya ya tengo una estrategia y a Selena le daré por el punto que más le puede doler: su padre.
Seis días antes...
Llevaba una hora vigilando a Selena. No había salido de casa ni una vez. Me estaba agotando, tendría que buscar otro método. Su padre casualmente salía de casa, así que me apresuré a caminar simulando andar distraída con el teléfono.
—Rubia de pueblo —comenta alguien y ese alguien es evidentemente el padre de Selena.
Detengo él paso y me giro en su búsqueda. Finjo una gran emoción y casualidad.
—¿Que haces por aquí? —pregunta mientras se acerca a mí y deposita un beso en mi mejilla.
—Una amiga vive por la zona —contesto—. ¿Y tú?.
—Vivo aquí —señala con un dedo la gran casa—. ¿Has desayunado?. Podemos hacerlo juntos ahora.
—No quiero incomodar...
—No lo haces —me interrumpe—. Vamos.
Me lleva un gastropub y tras dejarme a mí la elección de desayuno comienza a hablar.
—¿Cómo has estado?. Buscaba cada día alguna rubia de pueblo distraída, pero no tenía suerte —comenta y muestra una bonita sonrisa.
Él, a pesar de ser bastante maduro, lucía increíble bien.
—La rubia del pueblo ha pasado días muy duros, pero ha logrado levantarse —aseguro.
—Soy todo oídos, rubia de pueblo. ¿Deseas hablar? —indaga llevando su mano a la mía y acaricia lentamente.
Mis ojos van hacia ese sitio de mi piel que roza. No me produce incomodidad, pero no me provoca nada igualmente. Subo mi mirada nuevamente hacia su rostro, muestra otra vez esa sonrisa. Cómo si tuviera toda la seguridad del mundo haciendo eso.
A la Selenita le encantará que su papi esté atendiéndome.
—No quiero lamentos sobre lo que he pasado, dueño del castillo, mejor hablemos de otras cosas —comento con voz calmada. Nada de dulzura.
—¿Aceptarías otras salidas con este sueño del castillo? —pregunta. Su mano aún seguía rozando la mía y por lo que percibía no tenía ninguna intensión de cambiarla.
—Sí se lo gana, su majestad. Solo, si se lo gana —contesto segura.
—Sería capaz de lo que la chica del pueblo desee. No volveré a perderla de vista.
***
Seis días en los que el padre de Selena no ha dejado de acercarse a mí. Otra vez he inventado y fingido. Me preocupa lo fácil que se me ha vuelto esto.
A este le demostré cuan sola estaba. Le enseñé mi antigua casa y le conté de la historia la parte que me convino.
Ahora tengo al rey del castillo queriendo convertirme en reina.Me compró de todo y creo que con esa palabra me quedo irremediablemente corta. Creí que con mis dramas me diría que todo estaba bien, me intentaría consolar y lograr más, más que tres o cuatro besos. Sin embargo, ahí estaba él, dándome todo lo que la pobre rubia de pueblo no tenía. Empezó con un departamento al centro de la ciudad, un departamento que estaba a mi nombre y aseguró que podía venderlo y comprar otro que me gustase más en caso de que ese no me llegase a agradar. Me compró ropa que alcanzaría probablemente para una comunidad. Joyas, lo que nunca había usado, ni había atendido, pues mi nuevo armario estaba llena de ellas. Me llevó a comer a sitios increíbles. Fueron seis días movidos, en los que solo tenía tiempo para respirar.
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Caer en su juego [Serie Juegos. Libro I]
RomanceCaer en su Juego, es la primera parte de la Serie Juegos. Es necesario leer esta parte para proseguir a las demás, pues aquí saldrán los personajes que protagonizarán los posteriores libros. HISTORIA NO ROSITA Y ERÓTICA _____________________________...