7. Jacob

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Todos tenemos diferentes formas, incluso motivos para querer estar cerca de Emmaline.

Intenta repetirse una historia y no lo impediré. Hemos tenido nuestro objetivo claro hace mucho, objetivos que fueron estropeados por alguien…alguien de quién me encargué.

Emmaline camina en mi dirección. Puedo notar algo de tensión en su rostro. Justo en la puerta, a varios pasos se sitúa Jasper.

Jasper tiene algo dentro que es tan fuerte como lo que tengo yo. Sé controlarme, él no puede, aunque así lo quiera, porque es la primera vez que absorbe eso. Su manera de demostrarlo es a través de lo que llama odio.

Me fijo en Emmaline, en como el sudor vuelve casi transparente la parte superior de ese conjunto que viste. La saya se mueve abiertamente y ella sin ningún pudor no intenta bajarla más o simplemente aguantarla para que no siga danzando con el movimiento de sus piernas.

Me desplazo sobre el suelo, azotando la pelota una y otra vez mientras ella intenta seguirme. Soy fiel fanático al baloncesto desde que tenía diez años. Las victorias y reconocimientos que he recibido por ello no soy producto del dinero que pueda tener, es porque me lo he ganado. He trabajado mucho en esto, para convertirme en el mejor. No soporto nada a medias y eso aplica para todo.

Sigue intentando quitarme el balón. Fracasa rotundamente y termino lanzándola al aro. Vuelvo a recuperar la pelota.

Mi piel y la suya rozan en muchas ocasiones. El contacto hace perder mi cabeza, primero de lo que me apasiona y centra, segundo en el fantasma que hay entre nosotros. Intenta quitarme la pelota de todas las formas posibles, se engancha a mi cuello con el motivo de detenerme. Mi resistencia y no contención ha hecho que pusiera más empeño a su cometido.

Mi cuerpo detiene todo movimiento cuando enfocan en sus medianas tetas bailando con sus bruscos  movimientos. El top ha bajado y con ello mi juego. Me quedé estático como un puto adolescente virgen, el cual no soy.

Toma la pelota y corre con ella, azotándola con la mano hasta que la lanza al aro. Es entonces cuando logra anotar el punto que se acomoda nuevamente el top.

Va a coger nuevamente la pelota, pero me acerco a ella a paso veloz, tomo su cintura, apretándola fuerte con mis manos y la elevo.

—Te gusta jugar sucio, Lina. No conocía esa parte de ti —comento subiéndola hasta que el aro le quedara cerca—. Si logras mantenerte suspendida por un minuto, ganas el partido y puedes pedirme lo que quieras.

Ella envuelve sus manos en el aro. Ha caído en mi trampa.

Necesito liberarme de ella. He declaro un tiempo para cambiar la táctica y no es ahora. Sin embargo, mientras siga coincidiendo con ella de esta forma, que tan poco demuestra odio entre ambos, terminaré replanteándome mis acciones.

Giro en mis talones con la clara intensión de irme. Unas piernas se apoyan en mis hombros y se cruzan en mi pecho.

—Claro que aguantaré el minuto Jacu, pero tú lo presenciarás desde cerca...muy cerca, turtuosamente cerca.

Me volteo de frente para ella.
Mala jugada...demasiado mala.
Su sexo me queda a nada de la boca. Sus piernas aún sobre mis hombros. La maldita saya ahora no ayuda mucho. Ni siquiera se ha puesto short debajo.

—Sigues jugando sucio —expongo, intentando distraerme de lo que tengo delante de mí.

Todos tenemos nuestros propios asuntos, pero para la Élite J no hay secretos. Entre Jasper, Jordan y yo todo ha sido transparente. Llevamos una amistad desde el jardín de niños. Una vez estuvo a punto de tener sus grietas, sin embargo alguien se interpuso. La persona intermediaria no pretendía contribuir a mejorar la situación, la persona desde su posición, de la que se aprovechó grandemente, trató de inculpar e hundir a otra.

Caer en su juego [Serie Juegos. Libro I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora