La lobita sacaba de quicio con sus actos sí, pero exasperarse no era una opción. Debíamos tenerle paciencia. Lo que dijo es cierto, ella solo tenía diecinueve años y estaba lidiando con cuatro hombres.
Se levanta del sofá con intensión de irse pero tomo su muñeca y hago que se siente nuevamente.
—Tú puedes ser como quieras. Solamente no te expongas de la forma en que lo has hecho hoy —comento.
Ella se apoya en el espaldar del sofá y suspira brusco.
—Mi vida era más fácil antes de esto. Todo lo siento cuadruplicado, los celos, los sentimientos…mierda —expresa bajito.
—Ven —la llamo haciendo que me atienda, pero se queda estática en su sitio mirándome. Cada vez que le digo ven ella sabe lo que debe hacer. Agarro sus caderas y hago que se siente sobre mis muslos. No me preocupo de lo que sientan ellos, me preocupa ella—. ¿Crees que ahora mismo ellos están conformes de que tú estés sentada sobre mí?.
Ella los mira y niega con la cabeza.
—De esta forma también podrías estar sobre uno de ellos y a mí tampoco me haría puta gracia. Saber que lo que toco y disfruto también lo toca y lo disfruta otro. Decir esto es mío, pero también de tres hombres más. Compartir tus gemidos o expresiones satisfactorias con alguien más. ¿Quién la tiene más difícil lobita? ¿Tú o nosotros?
No sé como participo en esto. Por qué simplemente no la secuestro y ya.
—Tal vez ellos tres llevaron esta práctica antes, pero yo no. Dime, ¿Qué hago?, si tampoco estoy dispuesto a dejarte ir.
—Entonces tendría yo que adaptarlos a todos —expone y se lanza a mi boca.
El beso se torna tan intenso que detenerme se vuelve complicado.
Lo hace con todos. Besando a su forma.Yo vi lo que había en su interior. No me confundí, siempre fue loba. Pero yo la volveré la reina de la selva.
Indiscutiblemente ella es la elegida, la elegida para lo que supondrá mi vida años posteriores.
Cuando acaba su práctica se situa nuevamente en el sofá y observa un punto fijo. Ella durante segundos se pierde en sus pensamientos y nosotros dedicamos la atención en ella, sin decir nada.
—He tomado una decisión —rompe el silencio—. No puedo reprimir el hecho de lo que percibo en mi interior, aún entendiendo que debería ser atendida ahora mismo por un psicólogo. Dejaré que todo fluya. Niall puedes llevarme a mi casa.
Esa es la decisión, «dejaré que todo fluya».
¿Qué te guardas realmente lobita?
—Dejaré que todo fluya —repite Jasper hastiado—. Tienes un maldito don para volverme loco Emmaline.
Se marcha a la planta superior del club con visible molestia. De los tres Jasper es el que más rápido pierde los papeles.
—Pero que fluya en serio, porque yo nos veo estancados en el mismo sitio —expone Jordan con una sonrisa. Se acerca a ella y deposita un beso en su mejilla.
Sigue el camino que ha seguido Jasper antes. Solo queda Jacob. Emmaline no se mueve, como si esperara o necesitara que él también se manifestara.
—Cuídate de regreso a casa —dice y le guiña un ojo.
El camino de regreso a su casa fue en silencio. En ocasiones movía la boca dispuesta a hablar pero la cerraba al instante.
—No sé que esperan de mí. Yo...hice eso hoy porque...porque quería conocer que se sentía tenerlos así a todos, pero la verdad fue raro, demasiado. No quiero exigirme a mi misma las acciones. Los besos, los roces, las miradas, todo será cuando me nazca. No puedo decirles que mantendré un poliamor, creo que le llaman ahora así, cuando no sé cuánto mi cuerpo esté capaz de entregar. Si me tuvieran paciencia...
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Caer en su juego [Serie Juegos. Libro I]
RomanceCaer en su Juego, es la primera parte de la Serie Juegos. Es necesario leer esta parte para proseguir a las demás, pues aquí saldrán los personajes que protagonizarán los posteriores libros. HISTORIA NO ROSITA Y ERÓTICA _____________________________...