Caer en su juego [Serie Juegos. Libro I]

24. Jordan

Salí rumbo al bar más cercano. Mi cuerpo me empezaba a indicar que volvimos a lo de antes. Llevaba algún tiempo sin notar esto, pero hoy, Emmaline y Jacob me han hecho caer en picada.

Entro al bar, directo a la barra. Pido un whisky y dejo que el líquido queme mi garganta. Pido otro más y este me lo tomo como si fuese un trago de tequila. Otro más y otro hasta que la bebida pasa como agua.

Una pareja se coloca a mi lado. Ella pide un Martini y él un whisky. El tío le susurra algo en el oído y ella ríe. Gira su cara por un momento y me observa. Le guiño un ojo y ella no parece estar conforme con eso. Paso mi dedo por su mano que estaba sobre la barra. Sonríe y da permiso a que pase la mano por la parte del muslo que quedaba al descubierto. Le alcanzan la bebida y levanta ligeramente la copa hacia mí. Hago lo mismo con mi vaso y su risa no se hace esperar. El tío le susurra algo y ella se concentra en él. Otra vez gira la cara hacia mí mostrando una sonrisa. La mano que acariciaba su muslo la muevo un poco más, llegando casi a su sexo.

El tío se da cuenta y me observa con notable cabreo. Le sonrío deliberadamente y me preparo para lo que viene. Se acerca a mí como loco mientras yo me separo de la barra.

Me proporciona el primer golpe. Vuelvo a sonreírle y él se cabrea más. Se lanza con furia hacia mí, pero me muevo logrando que casi caiga al suelo. Vuelve a lanzarse hacia mí y vuelvo a moverme. Esta vez si cae. Se acabó el maldito juego. Espero a que se levante y le proporciono el primer golpe. Él, ágil intenta lo mismo, pero yo simplemente no detengo mis manos.

El bar se convierte en un terreno de batallas. No me detengo, él tampoco. Logro tomar ventaja sobre golpes, sin embargo, me logra proporcionar uno en la cabeza que me deja perdido.
Desde ahí, solo fueron golpes por su parte.

                            ***
Veo la cara de la rubia. Tal vez el whisky y el golpe en la cabeza me han hecho delirar. Muevo la cabeza como si de esa forma se pasara el delirio. Sigue ahí. Vuelvo a repetir acción, vuelve la rubia a aparecer.

Mierda.

¿Qué tipo de droga utiliza la maldita?

—No muevas la cabeza imbécil, que estoy aquí —comenta.

—¿Qué haces aquí? —pregunto

—Buscando a un estúpido que quiso divertirse de manera singular en un bar —expresa con fastidio.

—No sabes de mi vida, no opines.

—Sí, sé, que eres un completo imbécil...

Estiro la mano, agarro su cuello y la acerco tosco hacia mí. Pego mi boca a la de ella y la beso con posesión, como si lo que vi antes y la adrenalina de la pelea estuvieran aún en mí.

—Basta de cumplidos, panaderita —le susurro cuando me separo de su boca.

—¿Qué te trajo hasta aquí? —pregunta sentándose a mi lado.

—Una escena particularmente erótica —comento.

Ella me observa, con mucha atención. La pena va adueñándose de ella, sus expresiones lo confirman. Pasa sus manos por su pelo y suspira.

—Me viste con Jacob —asegura más para ella que para mí.

—Sí, por hoy se ha adelantado.
—Jordan creí que ustedes llevaban bien eso.

—También yo, pero se está volviendo jodidamente complicado.

—Pues lo siento Jordan. Ustedes decidieron no elegir entre el amor y la mitad. Yo tengo derecho a reservarme la elección a uno de ustedes.

—¿Te gusta esto Emmeline?

—Solo una tonta podría decir que no. Tener a cuatro tíos extremadamente guapos, que te cuidan, que tratan de hacerte feliz, que...