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El silencio sumió la habitación por unos segundos mientras todos se veían entre sí. Estaban perplejos. Lo que menos esperaban era encontrar a Chloé, y ella tampoco esperaba encontrarlos a ellos. No dejaban de intercambiar miradas, como si necesitaran una validación de que aquello era real. Pero, por supuesto, Alya fue la primera en romper el silencio.

—Tienes que estar de coña —dijo.

Y dio inicio a una ruidosa discusión donde nadie entendía lo que el otro decía. Chloé decía algo sobre su privacidad, Félix le estaba peleando por no haberle dicho a nadie su paradero, Alya la estaba insultando y Bridgette estaba tratando de calmar a Félix y Alya. Adrien, por su parte, trataba de interrumpir casi con timidez, sin saber realmente qué decir.

Hasta que explotó.

¡ESTÁN HACIENDO DEMASIADO RUIDO! —gritó de repente y todos cerraron la boca de golpe—. Sé que no hay nadie más en el edificio, pero aún así nos podrían escuchar. Algún monitor de pasillo, porque estoy seguro de que debe haber uno, ¿no?

Eso hizo que se callaran lo suficiente como para que Alya hiciera la pregunta que todos querían hacer.

—Bueno, entonces ¿qué haces aquí, Chloé? —Su tono de voz no fue el adecuado, ocasionando una mirada ofendida de Chloé, pero aún así la rubia chasqueó la lengua y comenzó a contarles.

—¿Acaso no ven las noticias? —dijo con un tono de voz aún peor.

—Chloé —dijo Bridgette, sonaba calmada, buscando una paciencia que salía de lo profundo de su ser—, revisamos las noticias todos los días por alguna señal de alguna de ustedes, en especial de ti, tú eres la celebridad aquí.

Que le llamara celebridad hizo sonreír a Chloé.

—Pueeeees... —comenzó Chloé, con un mejor tono—. Hoy salieron unas noticias sobre mi padre y sobre mí. Los chismosos dicen que ambos nos fuimos del país. Vieron una de las avionetas de mi papá en una misión no tan incógnita como tal vez quiso que fuera. Probablemente ya esté en otro país, pero todos sabemos que yo no estoy con él. Además de que estoy apunto de repetir grado y, aunque no lo vean una prioridad, ¡me rehuso! —soltó un bufido—. Así que tomamos esta movida. Estoy en el instituto, es arriesgado, sí, pero así mi papá estará a salvo, donde quiera que esté.

—¿Y las demás? —se apresuró a preguntar Adrien.

—"Que bueno que estés bien, Chloé, te extrañaba" —su voz fue quejosa y le dedicó una mala mirada—. Gracias por no ser impertinente, Adrikins.

—Lo siento —musitó él.

—Están cerca. —eso llamó la atención de todos—. No sé dónde exactamente. El plan es que no se queden en un punto fijo pero que se mantengan cerca y, por cuestiones de seguridad, que yo no sepa dónde están. Así ellas pueden mantener un ojo en mí y, palabras de la tía Aixa, cuidarme. Pero también es otra cosa.

Tomó su celular y les dejó ver las noticias. Cada una tenía menos de 24 horas y se dividían en dos: las que hablaban de los Bourgeois escapando hacia otro país y las que hablaban de su ausencia en el instituto, lo que respaldaba a las noticias sobre la huida del país.

—No lo entiendo —dijo Alya—. Podrías dejar que Hawk Moth pensara que te fuiste con tu papá y aún así quedarte y terminar el año. Realmente podrías hacerlo sin que nadie te viera, ¿no?

—¿Acaso no oyes cuando te hablan, Cesáire? —dijo Chloé, enarcando una ceja—. Si Hawk Moth piensa que estoy con mi papá probablemente termine atacándolo para, como mucho, obtener mi miraculous y como poco, para averiguar mi paradero, y eso es algo que no pienso permitir.

¿Quién es Hawk Moth? [#3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora