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En el momento en que la mirada de Bridgette cambió, Félix comenzó a entrar en pánico. No debió haberlo dicho de golpe, debió pensarlo mejor, elegir mejor sus palabras... los padres de Bridgette, quienes la habían criado desde bebé, habían muerto muy recientemente. Estúpido, tonto, desconsiderado. Sabía que no era empático en la mayoría de los casos, pero era porque le sorprendía la idiotez humana. Ahora era consciente de su propia idiotez y definitivamente no era gentil consigo mismo. Bridgette no decía nada al respecto, solo lo miraba con una mirada impenetrable y eso le sentó peor: no tenía idea de lo que estaba pasando por su cabeza.

—Y-yo... Yo no... —comenzó a decir él.

—No trates de retractarte.

Ella habló de forma pausada, concentrada y aterradoramente calmada. Él sentía la boca seca y las manos le habían comenzado a sudar. Lo había arruinado, ¿no? Al fin hablaba de sus sentimientos, al fin tenía el tiempo preciado con ella que pensó no podría obtener jamás y tuvo que abrir su bocota. ¿Por qué no se lo guardó? ¿Por qué lo soltó de golpe? Sabía mentir, pudo haber inventado cualquier embuste y...

—Explícamelo.

Su petición hizo que se le volcara el estómago.

—¿Qué?

—Explícame por qué llegaste a la conclusión de que soy Marietta solo por esas transferencias. —ella estaba cocinando sus propias teorías, pero necesitaba saber lo que él sabía—. Por lo que sé, Nathalie también pudo estar realizando transferencias a Sabine y Tom a lo largo de los años. Tal vez por culpa por alejarse de ellas, tal vez sea compensación por algo que desconocemos, así que explícame cómo llegaste a esa conclusión.

—Bridgette...

—Ahora. Por favor.

Él respiró hondo. Le estaba dando una oportunidad de redimirse, le estaba dejando explicar, y él no tenía otra opción salvo ser sincero si quería que ella se quedara a su lado.

—Cuando eras niña y tenías todas tus clases extracurriculares —explicó él—. Dijiste... dijiste que tus padres nunca te pusieron una negativa a pesar de no estar haciéndolo bien económicamente. Todas las clases que querías las tuviste aunque luego te cansaras de ellas. Y sospecho que, a pesar del planteamiento que me cuentas, sospechas lo mismo. Tu misma lo dijiste. Creías que la empresa estaba quebrando por ti, que estaban en una mala posición por ti y por todo el dinero que gastaban. La cuenta está a tu nombre, Bridgette, y ya puedes tener acceso a ella. Todo ese dinero estaba destinado a ti desde el inicio y quien contribuyó al menos el 80% de ese capital fue Nathalie. Dime qué quieres que piense y lo pensaré, pero fue lo primero que me llegó a la mente y es inútil ignorar lo obvio.

Bridgette pensó en todas las interacciones con Nathalie. Ella era rigurosa pero de una manera u otra le aconsejaba. Cuidaba bien lo que hacía y no hacía a su lado, salvo... Cuando le peinó el pelo. Le acarició con cariño y le cantó. También la había reprimido sin escrúpulos. Ella sabía que las palabras de Félix tenían sentido pero eran abrumadoras. Pensaba en Nathalie y le costaba imaginarla como su tía, mucho menos como una figura materna. Por amor al cielo, estaba casi segura de que Marinette era Marietta. A ella le hacía perfecto sentido. Aixa había mencionado que Sabine había tenido problemas para quedar embarazada, y Marinette era Ladybug ¡y Nathalie también lo había sido! Pero ella...

¿Qué había de extraordinario en ella? ¿Qué había de horrible en ella? Abandonarla pero entregarla a personas maravillosas; personas que ya no volvería a ver. Y ahora tenía una madre, una madre que nunca estuvo pero una madre al fin y al cabo.

Recordó las palabras de Aixa.

Deberás hacerte más fuerte porque tendrás devastadoras noticias. Ella le había advertido todo el tiempo sobre lo que iba a suceder, pero ella no había entendido su mensaje, la nota clara y directa.

¿Quién es Hawk Moth? [#3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora