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El silencio en la panadería de los Dupain era tan palpable como una cuchilla sobre el cuello. Marinette resistía el esconderse detrás de Sabine porque sabía que le había hablando mal y porque no quería que Le Blanc supiera el miedo que le tenía; aunque estaba segura de que la mujer ya lo sabía. Bridgette estaba expectante, quería respuesta y nadie las otorgaba, no es como si te cobraran por responder.

—¿Cómo te sientes, Chloé? —le preguntó Aixa a su sobrina.

—Bien, no he sentido náuseas esta mañana —respondió Chloé.

—¿Ah sí? —Aixa le sonrió y posó su vista en la charola de macarons—. Son de limón, ¿cierto, Sab? Es lo que te ha estado controlando la náusea. Sabine tiene sus trucos. —le guiñó un ojo a Chloé.

—¿Deseas algo de tomar? —preguntó Sabine.

—¿Tienes agua con gas? No me haría mal una botella.

Sabine desapareció a la cocina.

—Marinette —dijo Aixa con voz calmada, y la chica se sobresaltó—. Quiero que nunca vuelvas a hablarle así a tu mamá. Ella es una buena mujer y se esfuerza, y lo sabes, así que no hay excusas para tratarla así. Al igual que tú ella tiene demonios con los que tratar. No quiero que vuelva a pasar de nuevo. —se giró a ver a Bridgette—. Y esto va para las dos. Sean más conscientes.

Marinette asintió con vergüenza. Recordó su ataque de pánico y como el fantasma de una muerte prematura parecía acecharla. No podría soportar que su mamá estuviese lidiando con ello pero... tampoco le había contado nada sobre eso. Sabine había respetado su espacio, probablemente porque ella también hubiese querido espacio.

Bridgette tenía ganas de gritar. Recordó las palabras de Le Blanc antes de que se enfrentaran a Style Queen. "Recibirás una llamada de tu mamá pronto... Vas a cuestionarla, no lo hagas...". Bridgette había hablado con su madre y al día siguiente había muerto. Ahora la cuestionaba sin piedad porque sabía que escondía demasiadas cosas, cosas que nunca quiso contarle. Y ella había tenido la desfachatez de decirle que no lo hiciera, ¿cómo no hacerlo si ahora sabía que había vivido en una mentira? También recordó sus palabras cuando Evillustrador atacó. "Le prometí a tu madre protegerte", o sea que Simone lo sabía y aún así se arriesgó: sabía que su hija corría peligro, que siempre estaría bajo peligro, por los secretos que habían estado ocultando. Bridgette no podía estar más que enojada con todas ellas.

—No entiendo algo —le dijo Bridgette a Aixa—. ¿Por qué encontré evidencia de que podrías ser Le Paȏn?

—Porque tenía que desviar su atención. No podían saber que yo era Le Blanc, no todavía.

—Entonces, ¿quién es Le Paȏn?

—Quien no es, esa es la gran pregunta. —Aixa le sonrió, como si todo aquello fuese un chiste privado. Bridgette decidió no presionar más, pero estaba segura de que eso no se quedaría así.

Sabine llegó con el agua con gas, se la tendió y se sentó junto a Alya. Aixa abrió la botella y dio un pequeño sorbo para luego girarse hacia Chloé.

—Escucha, Chloé —le dijo—. Tendré que hacer un viaje de improvisto y es muy importante. Sólo serán unos días. Prometo volver lo más pronto posible. Y cuando vuelva iremos juntas a hablar con André. Vas a ver que todo estará bien.

—Gracias, tía Aixa —logró murmurar Chloé, sin saber qué decir. Marinette podía notar su rostro lleno de bochorno, pero no dijo nada.

—Otra cosa. Aún no hay rastro de Ámber.

Aquello supuso un silencio perturbador. No habían escuchado el nombre de la chica desde lo sucedido en el Grand Paris. Chloé apenas asintió a lo que le dijo su tía. Todas se preguntaba qué pasaba por su mente en ese momento. Ella nunca se había llevado con su hermana, y el hecho de que realmente no compartían el mismo padre y había decidido apoyar a su madre no ayudaba mucho. Nadie sabía qué era lo que Chloé pensaba de la situación, y era algo agobiante.

¿Quién es Hawk Moth? [#3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora