CAPITULO 12

165 24 19
                                        

SENTIMIENTOS ENCONTRADOS

Zahara

—Qué sonriente estas, sirena.

Levantó la mirada al escuchar el comentario de papá.

—En tres semanas viajó a París, mi sonrisa está justificada.

Agrando mi sonrisa para dar veracidad a mis palabras y vuelvo la vista a los papeles de mis manos. Papá me ha pedido ayuda para acomodarlos por años debido a que son viejos casos que represento y desde que llegué, no he podido pasar del 2011.

—Evelyn algo me comentó. —lo escucho murmurar —¿Estás emocionada por estar una vez más en la semana de la moda?

—¡Por supuesto! —dejó los papeles a un lado y apoyó mi barbilla en mi mano para observarlo—¿Sabes? Cada vez que voy, siento que estoy cerca de mamá.

Papá baja sus papeles para verme a través de los lentes de montura y me sonríe de manera cálida.

—Eso es bueno, hija —pocas veces me llama así —no podemos permitir que el recuerdo de tu madre se pierda.

Inhaló hondo, pocas veces en mi familia hablamos de mamá y es debido a que nos produce mucha tristeza mencionarla.

—Dudo que eso pase, siempre la llevamos acá. —pongo mi otra mano sobre mi corazón. Muerdo mi labio, pensando en hacer la pregunta y al final susurro —¿La extrañas?

Un destello de tristeza cruza por sus ojos.

—Cada día, mi amor. La extraño en cada latido de mi corazón, en cada suspiro que doy y en cada momento en que te miro a ti y a tu hermano. Su ausencia es un eco que nunca desaparece, pero me recuerda cuánto la amé y sigo amándola.

Me levanto de mi lugar, acercándome a papá y lo abrazó con fuerza, él, me devuelve el abrazo y por unos cuantos minutos no quedamos así, en los brazos del otro. Cierro mis ojos, rememorando en mi mente los recuerdos de cuando estábamos completos.

Mamá cocinaba galletas cada vez que estaba estresada y con Azahar le robábamos las chipas de chocolate. O por las noches, nos escabullimos de nuestras camas para ir al living y ver cómo papá sacaba a bailar a mamá mientras le cantaba al oído.

Nunca dude del amor de papá, él dejó su país natal para acompañar a mamá a cumplir sus sueños. Nunca la frenó o le impidió a no hacerlo, siempre la alentó a seguir y eso, es el significado más puro de amor.

De pronto siento una presencia detrás, seguido de unos brazos rodeándome y por la colonia que percibo, sé que es mi hermano.

—No lloren por mí que ya llegué. —dice con su característico humor cuando nos separamos.

Golpeo su brazo y se queja.

—Estábamos hablando de mamá. Ubícate.

—No lo sabía, —se disculpa y mira a papá —tu hija me pegó.

Entrecierro mis ojos y papá niega con su cabeza ligeramente.

—No empiecen. —papá se levanta y sin importarle que Azahar es mayor de edad, lo saluda con un beso en la frente —¿Vamos a almorzar?

—Aún no terminé con los papeles. —digo, aunque si tengo un poco de hambre.

—No importa sirena, puedes venir mañana, apenas te he visto estos días.

Mi sonrisa es de disculpa, estos días no he ido a casa de papá, me he estado quedando en el departamento con Azahar debido a mi trabajo. Cada vez falta menos para viajar y Evelyn nos mantiene ocupadas practicando la pasarela, con pruebas de vestuario o preparándonos para convivir con aquellas personas que no toleran nuestra presencia en la semana de la moda.

CURVAS SIN MIEDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora