CAPITULO 24

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Luces, cámaras y relaciones

PARTE I

Zahara

"Junta de emergencia.

Las necesito."

Doy clic en enviar y espero.

Camino alrededor del departamento, mirando a cada tanto la ventana, las cortinas están abiertas y el sol comienza a ocultarse, la luna toma su lugar y las pequeñas estrellas adornan el cielo oscuro.

Mi mente rememora la escena, una y otra vez, la seguridad que me brindó, las sonrisas y el coqueteo... que no me necesita para componer. El hombre que creo es su padre, el idioma diferente y la partida abrupta. Mi helado se derritió en mis manos mientras lo veía marcharse.

No volteo hacia atrás.

Ni una sola vez.

Siento una punzada molesta en mi pecho que no quiero sentir.

Respiro hondo, 1 inhala, 2 exhala, 3 inhala, 4 exhala, 5 inhala, 6 exhala.

El sonido del timbre me interrumpe y a pasos apresurados, me dirijo a la puerta abrir.

—¿Dónde está el cuerpo que debemos ocultar?

Es lo primero que dice Annette, Devi a su lado, se ríe. Me es imposible no sonreír ante la broma.

—No es ningún cuerpo. —me hago a un lado para que puedan pasar —Sucedió algo con Catriel y necesito saber su opinión.

—Okey, doctora corazón está aquí. —Annette se sienta en el sofá, pero antes, mira alrededor —¿Y Dulce?

—¿No venía con ustedes?

Devi niega y vuelvo abrir la puerta para asomarme por el pasillo, esperando verla.

—Tal vez venga más tarde.

Asiento a la suposición de Devi y me siento en el sofá individual. Ambas me miran a la espera de que les cuente que sucedió, respiro nuevamente. Estoy por comenzar a hablar cuando se escucha el ruido de la llave en la cerradura y la puerta es abierta por Azahar, que, al vernos, enarca una ceja.

—No sabía que hoy nos reuníamos. —dice con humor, sumándose.

—Tú no estás en el grupo del escuadrón, envidioso. —lo molesta Annette.

Mi hermano voltea sus ojos, pero mantiene una sonrisita en sus labios. Se sienta aun lado de Devi.

—Ahora soy parte, continúen.

—Zahara nos contará lo que pasó con el cantante. —lo pone al tanto Devi.

Azahar me incrimina con la mirada.

—¿Sucedió algo con el caliente francés y no me ibas a decir? —ofendido se lleva una mano al pecho.

—No te enojes, pensé en las chicas y que las necesitaba. —respondo con honestidad.

—Awww, mi bombón de leche es un amor. —Annette estira el brazo para tomar mi mano —Si el cantante hace algo mal, no te preocupes bombón, que yo puedo ser tu amor.

La opresión en mi pecho se esfuma y le da paso a la risa que surge ante los comentarios siempre ingeniosos de Annette.

—Eh, es mi amor.

Arrugo mi nariz al escucharlo.

—¡Soy tu hermana! —chillo.

Él se ríe.

CURVAS SIN MIEDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora