CAPITULO 14

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El peso de la culpa

Zahara

—Quiero hibernar, necesito vacaciones. —murmura Annette con dramatismo.

Me río de su comentario mientras continúo mi caminata.

—Está aprobado, no parece que me pueda enredar en él. —digo hacia Evelyn, quién no me quita la mirada.

El vestido que traigo puesto es largo, con capas de diferentes tipos de telas que simulan ser una cascada de colores y texturas.

—Parece que sí, pero Jazmín debe verte para asegurarse.

—Está bien, madrina.

Mi respuesta es complaciente, nada que ver con lo que realmente pienso. Estoy a dos segundos de hacer drama como Annette. En toda la semana, nos mantuvimos encerradas en el piso o el taller, lo que ha dejado mis piernas adoloridas por los tacones.

Lo único que quiero es dormir.

Ni siquiera las horas de práctica de baile me han agotado tanto como estos días.

Bajo de la pasarela y me siento en el sofá junto a Annette, apoyo mi cabeza en su hombro y mientras descansamos, es el turno de Dulce de practicar. En algún momento, me quedo profundamente dormida, solo para ser despertada con gentileza por Devi.

—Vamos a ir a mi casa a merendar, ¿vienes o vas a ir a la discográfica? —lo último lo susurra solo para las dos.

Lo pienso un momento, me gustaría ir a pasar un rato con Catriel, descubrí que me gusta su compañía, tenemos una bonita conexión gracias a la música y eso me agrada. Sin embargo, mi cara delata mi cansancio y no me siento productiva para pensar en letras y melodías.

—Claro, ¿Mateo está en casa? —esquivó su pregunta, haciendo otra.

Devi no dice nada, solo asiente y sonrío antes de estirar mi cuerpo. Las cuatro nos dirigimos a su casa, poniendo fin a una semana de ensayos extenuantes. Al llegar, Mateo corre a mis brazos, lo que provoca una mirada de indignación en Annette debido al claro favoritismo del niño.

—Pequeño rey, yo igual puedo jugar contigo.

Annette acaricia los rizos de Mateo, quién la mira con vergüenza.

—Lo siento tía Annet, pero quiero mostrarle mis nuevos juguetes a mi tía Zha.

Me abstengo de sacarle la lengua a mi amiga.

—Vamos, mi amor. —susurro en su oído —Corramos antes que tía Annet se enoje y nos ataque. —comentó en broma, provocando su risa infantil.

—Te escuche, perra.

Apenas termina de decir las palabras, se escucha el grito de indignación de Devi.

—¡Annette, compórtate!

—Eso Annette, compórtate. —Dulce sonríe sarcástica al decirlo.

Me voy con Mateo a su habitación antes que presencie la discusión que se va a formar. No puedo resistir la tentación de unirme a su juego por un rato y rápidamente me encuentro persiguiéndolo por la sala de estar, mientras las chicas se dedican a cocinar unos panqueques de coco.

Luego de una buena sesión de juegos, nos reunimos alrededor de la mesa para relajarnos.

—¿Preparadas para la Semana de la Moda? —pregunta Devi mientras vierte el té en las tazas.

Asiento con una sonrisa y Annette me sigue.

—¿Conseguiste los pases?

Mi voz refleja mis nervios, las demás se callan, expectante a la respuesta de Devi.

CURVAS SIN MIEDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora