La tentación de lo prohibido

Tick Tock

Alrededor de las 23 horas de la noche del sábado, las amigas Rebecca  y Irin partieron rumbo a uno de los más famosos clubs para adultos de Miami con la esperanza de tener una noche de diversión sin tener que preocuparse por el trabajo. Bueno, Irin no se preocupaba mucho por su trabajo ya de por sí, pero Becky casi vivía en su oficina desde que su Padre le cedió parte del dominio de las empresas Armstrong hace unos años como regalo de graduación.

Al llegar al lugar se encontraron con una fila que llegaba hasta el final de la otra manzana, en su mayoría compuesta por hombres de más de cuarenta años que no parecían nada agradables a la vista delicada de ambas mujeres. Becky se sintió un poco aliviada porque sabía que sería imposible entrar al lugar por lo que tendrían que buscar otro club o bar para ir a divertirse y así no le habría mentido a Billy... Bueno, no del todo, pero por lo menos ya no sentiría tanta culpa de haberlo hecho.

Poco duró esa sensación de alivio, Irin ya tenía todo planeado desde mucho antes de que la empresaria aceptara la invitación. 'Tranquila, yo me encargo' le dijo su amiga después de estacionar y salir del auto. Para sorpresa de Becky, Irin ni siquiera se paró al final de la fila, solo camino hasta el frente de lugar y le hizo una seña con su mano para que siguiera sus pasos. Normalmente uno esperaría recibir todo tipo de insultos por haberse colado en una fila de este tamaño y considerando que esas personas deben estar locamente impacientes por entrar al ruidoso lugar para obtener algo de satisfacción y placer, pero para sorpresa de las amigas, solo recibieron un montón de comentarios fuera de lugar de los hombres (y algunas mujeres) que las admiraban de pies a cabeza desde la fila y no perdían la oportunidad para aclamar sus irresistibles apariencias.

—Irin está bien, buscaremos otro lugar donde pasar la noche. No es necesario que sobornes a los de seguridad. — Becky conocía a su amiga, y sus costumbres, si había algo que Irin no lograra conseguir entonces de seguro una buena suma de dinero lo conseguiría por ella.

—Becky, fuera del trabajo deberías tan solo cerrar tu boca. — La calló rápidamente. —Hola, somos Irin  y Rachel Novoa. — Becky miró a su amiga confundida por su tan amigable trato con uno de los empleados de seguridad del club, pero de todos modos le sonrió, haciéndole saber que estaba agradecida con ella por no haber revelado su verdadero nombre y haber respetado su privacidad. El guardia de la entrada les sonrió a ambas amablemente, lo que sorprendió aún más a Becky ya que al trabajar en un lugar así se esperaba que sus empleados fueran unos cerdos sexistas justo como sus clientes.

—Las están esperando señoritas. Felicidades por su compromiso señorita Novoa. — El guardia aprovecho la oportunidad para felicitar a Becky, ¿Pero cómo sabía el que Rachel... O más bien Becky, estaba comprometida?

—¿Nos están esperando? —Decidió preguntar cuando el guardia levanto la cadena de seguridad y les dio acceso a ambas a un pasillo que las llevaría a la entrada del club. Irin le estaba escondiendo algo a Becky, la conocía demasiado para no darse cuenta, y en ese momento solo podía pensar en lo que Billy le había dicho hoy temprano en su habitación mientras se estaba preparando para salir.

"¿Qué sucede Billy?"

"Nada... Es que... Cada vez que sales con Irin solamente puedo pensar en problemas."

Al parecer su novio estaba en lo cierto.

—Bueno, Becky. Considerando que es muy difícil lograr que salgas un sábado por la noche a divertirte, creí que sería bueno aprovechar esta oportunidad y festejar tus últimos meses de soltería.

—¡IRIN! — No podía creer lo que su amiga acababa de hacer. —No voy a festejar mi despedida de soltera en un lugar tan desagradable como este.

—Tranquila. Solo tomaremos unos tragos, te pones al día con los invitados y te vas. — Becky nunca podría estar de acuerdo con una idea así.