—¡Feliz cumpleaños a ti!
Si le preguntas, hace unos meses Becky jamás hubiese imaginado que pasaría su cumpleaños número veintinueve de la forma que lo estaba haciendo ahora. Ella estaba acostumbrada a las grandes fiestas en el enorme patio de la casa de sus padres, no a algo como esto. Pero de todas maneras, no la estaba pasando para nada mal.
—¡Feliz cumpleaños a ti!
Todo se sentía raro, pero no en el mal sentido, sino que era algo bueno... Algo diferente. Becky había elegido hacer algo diferente. Tal vez era porque ya era una adulta, o porque se dio cuenta de que lo que realmente importaba era lo más cercano a ella y no todo lo demás.
—¡Feliz cumpleaños querida Becky!
Muchas cosas habían cambiado en el transcurso de doce meses desde su último cumpleaños; En primer lugar, Billy estaba afuera de la foto y verdaderamente se sentía como si se hubiera sacado un gran peso encima de sus hombros y era un gran alivio no tener que estar pretendiendo con falsas sonrisas para hacerles creer a todo el mundo que en realidad sentía algo por ese joven.
También, la gran fiesta a la que comúnmente sus padres le organizaban cada año para festejar esta especial fecha, había sido reemplazada por una pequeña reunión en su departamento, con la asistencia de personas que amaba y le importaban, no un montón de desconocidos que solo iban a sus fiestas para intentar aparentar que les agradaba su jefa y de los cuales ni siquiera conocía sus nombres. De hecho, esta vez Becky se sintió cómoda no recibiendo toda esa atención, y de no estar rodeadas de personas hipócritas, sino de personas que la querían y la quisieron aun en sus peores momentos, no solo cuando les convenía.
Bonbon también estaba bastante cómodo, y feliz a decir verdad; el pequeño estaba sentado cómodamente sobre el sofá de la sala de la joven, e incluso comenzó a ladrar cuando todos comenzaron a cantarle a Becky, como si también quisiera formar parte de la canción. Lo que hizo sonreír a más de uno, e incluso, Irin quien juraba odiar al animal, tomo su celular para poder grabar al pequeño cachorro "cantando" a coro con el resto de los invitados.
—¡Feliz cumpleaños a ti!
Justo después de que todos los invitados comenzaron a aplaudir y alentar a la cumpleañera, Becky se tomó unos segundos para mirar toda la conmoción que la estaba rodeando. Sus padres juntos y sonriendo reflejando la felicidad pura que sentían y algo que Becky no había podido ver en sus rostros desde hace tiempo, sus amigos pasando un buen momento entre risas y tragos, su mascota sin entender mucho la situación pero moviendo su cola de todos modos como si estuviera disfrutando del momento, sus vecinos probablemente enloqueciendo por el ruido de la pequeña pero ruidosa fiesta... Y la mujer de sus fantasías, Freen, susurrando un tierno "feliz cumpleaños Amor" en su oído para luego besar suavemente su mejilla, y salvando a la chica de toda la incomodidad que cualquier cumpleañero sentía cuando se le cantaba el feliz cumpleaños.
En ese momento, Becky no deseaba nada más de lo que estaba viviendo. Y con una última sonrisa y un gran soplido, apago todas las velas de su pastel de cumpleaños.
—Dicen que si logras apagar todas las velas de un soplido, tendrás buena suerte hasta tu próximo cumpleaños. —Freen comentó mientras Becky intentaba recuperar el aliento, a decir verdad, le había tomado más de un gran soplido apagar todas las pequeñas velas.
—No creo que la necesite. —Dijo la cumpleañera con seguridad mientras sonreía y envolvía la cintura de Freen con uno de sus brazos, la acerco más a su cuerpo y beso tiernamente su frente para luego sentir como la joven escondía su rostro en su cuello. No la culpaba, supuso que Freen toda esta situación debía ser incomoda; ese mismo día había presentado a la chica frente a sus amigos y a sus padres como su novia. Y aun se estaba acostumbrando al nuevo rumbo que su relación había tomado, quizá no se esperaba que Becky fuese tan cariñosa con ella frente a todos los invitados, y era algo a lo que no estaba acostumbrada. Pero era imposible para la empresaria no querer besarla o abrazarla cuando la tenía tan cerca, y después de todas sus peleas y de todo el tiempo que estuvieron distanciadas, era imposible contenerse.
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La tentación de lo prohibido
RomansaEn esta historia Freen y Becky serán estadounidenses y no Tailandesas (ya que no conozco nada de Tailandia) Sus edades serán distintas y los nombres de sus padres tambien... Después será casi igual.