Buenos y malos momentos II

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Freen fue lo suficientemente astuta, y Heng lo suficientemente genio, para llegar al club justo antes de que su padre entrara al vestuario para asegurarse de que la bailarina estuviera en efecto en el lugar, ya que un enojado y rencoroso Billy le había ido con el chisme de que Freen no estaba en su lugar de trabajo; La joven llego luego de que Becky se despidiera de ella con un excitante beso que duro más de lo esperado y la dejo con deseos de más, y sin importarle nada entro por la puerta del frente del club, pasando por alto la enorme fila que esperaba afuera corriendo y los guardias se hicieron a un lado de la entrada inmediatamente cuando reconocieron de quien se trataba. Heng sospechaba que algo estaba a punto de suceder, así que se encargó de vigilar la oficina de Daniel para asegurarse de que no se percatara de la ausencia de su hija, supo que todo sería un desastre cuando Billy pasó a su lado y le sonrió de forma burlona. Se puso en acción cuando vio al jefe consumido por su enojo saliendo del cuarto a toda prisa, Antonio siguiéndolo detrás y Heng pudo notar los pedidos de suplicas del señor Armstrong al señor Chankimha, ahí fue cuando decidió meterse e intento disuadir a ambos hombres cuando vio a donde se dirigían, el vestuario de Freen. Y como una llamada silenciosa que ansiaba por obtener una respuesta, la bailarina entró corriendo y cuando vio la situación que estaba ocurriendo justo afuera del sector de los vestuarios, no tuvo otra opción que salir y entrar por la ventana de su vestuario, ya que no había forma de pasar por alto si caminaba justo al lado de su padre, que sin dudas estaba enojado.

Supo que su plan tuvo éxito cuando Daniel abrió la puerta, listo para gritarle y vio a su hija sentada en el sillón del cuarto, ya lista para salir a bailar al escenario. Freen agradeció haberse puesto su ropa interior de encaje antes de salir de su casa esa tarde para ir a encontrarse con Becky, solo tuvo que quitarse la ropa y ponerse sus orejitas de conejo, y claro disimular que todo estaba en orden y que había estado ahí toda la tarde.

—Dile al estúpido de Patchanon que deje de inventar tonterías. —Le dijo Daniel a Antonio, y la joven suspiro luego de que su padre pareció haber comprado su mentira. Y se tranquilizó al saber que no tendría problemas.

Freen y Heng se sintieron aliviados, nuevamente habían salido de un lío con éxito y se habían salido con la suya, especialmente la joven que había tenido la oportunidad de compartir la tarde con la hermosa Becky. De todas maneras, había alguien que no estaba muy contento de que las cosas no salieran como a él le gustaban.

Billy se había tenido que aguantar los gritos de Daniel, le habían dicho que el tipo era duro pero no se imaginó que tanto; le gritó, lo golpeó e incluso lo escupió por, supuestamente, "inventar tonterías de sus empleados" y para su sorpresa, hasta su suegro Antonio lo regañó por eso, y lo frustraba saber que el hombre había tomado el lugar de Freen en lugar del suyo, él era quien se casaría con Becky en cinco meses después de todo. Solo les había dicho que Freen no estaba en el trabajo, se guardó los demás detalles porque sabía que también le traerían problemas, aún más graves que este, si decía toda la verdad. Era inteligente, pero muy idiota al demostrarlo... Y también muy rencoroso, así que se propuso no irse del club esa noche sin obtener su venganza y dejarle bien en claro a Sarocha Chankimha que él era la persona que pasaría el resto de su vida con Becky  y que ella era solo una puta a la que la empresaria le tenía ganas. ___________________________________________

—Freen... —Heng se acercó a su mejor amiga, quien se estaba relajando junto a los demás empleados en la barra mientras tomaba algo luego de su acto. —Tienes un cliente en el cuarto pasión.

—¿Quién es? —Preguntó terminándose de un trago su bebida.

—Ni idea, solo tienes una forma de averiguarlo. —Dijo guiñándole un ojo.

La joven bailarina se paró de su lugar y saludo a sus colegas antes de dirigirse al dicho cuarto, era una noche común y corriente en el club y no se esperaba algo que saliera de esa situación que comúnmente se vivía. Mucho menos lo que estaba a punto de pasar.

La tentación de  lo prohibido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora