Aqui se termina tu infierno

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—Señorita Sarocha.

Freen se puso de pie enseguida luego de escuchar su nombre ser llamado por la secretaria del director. Nam hizo lo mismo ya que estaba sentada a su lado esperando este momento.

—El señor Parker la recibirá ahora. —Le comunico con una sonrisa mientras señalaba la puerta de la oficina del hombre.

—Buena suerte Freen. —Le dijo su amiga. —Probablemente voy a estar dando clases cuando termines, pero te veré en casa a la salida e iremos a celebrar por tu nuevo trabajo.

—Aún no sabemos si me darán el puesto.

—Cierto, pero aun así sé que lo obtendrás. —La abrazo rápidamente, su clase había comenzado hace quince minutos pero no era sorpresa para los alumnos que Nam se ausentara, y no era algo que les molestaba tampoco. —Aquí termina tu infierno y empieza tu nueva vida.

Las palabras que Nam le dijo antes de irse caminando tranquilamente por el pasillo resonaron en la mente de Freen un largo tiempo mientras veía a su amiga alejarse, claro, esto fue hasta que la secretaria volvió a llamar su atención.

—Señorita Sarocha...

—Sí, cierto. ¡Muchas gracias! —Le agradeció a la joven con una sonrisa antes de entrar a la oficina de quien podría llegar a ser su futuro jefe. No estaba tranquila, tampoco confiada, pero ya no tenía tiempo de pensar eso. Cuando volvió a la realidad ya estaba de frente a un escritorio y con un hombre adulto sonriéndole desde su asiento.

—Sarocha Chankimha, es un gusto poder conocerte al fin. —Dijo levantándose de su asiento, su acento británico era evidente en sus palabras. Llegó hasta donde Freen estaba de pie y extendió su mano para que la joven la estrechara. —Alen Parker, director principal de la secundaria Holloway.

—Ah... Bueno... Me presentaría pero creo que ya me conoce. —Se rio a causa de sus nervios, y casi se da una palmada en la frente luego de darse cuenta de lo estúpida que su respuesta fue.

—Podría decirte que te conozco muy bien, por favor... —Invito a la joven a sentarse mientras el volvía a su asiento al otro lado del escritorio. — La profesora Nam nos habló mucho de ti, y el hecho de que hayas decidido denegar la primera oportunidad para darle el trabajo a ella es admirable, habla muy bien de ti.

—Para serle sincera, no pensé que me darían otra oportunidad.

—¿Por qué no? Eras una excelente alumna en la universidad, tus profesores te recomendaron y estuve más que dispuesto a darte una oportunidad. Es una lástima que no hayas aceptado antes. —El hombre suspiro antes de preguntar. —Quisiera saber, ¿por qué rechazaste la primera oferta que te dimos? No creo que Nam haya sido el principal motivo. —Freen se quedó petrificada unos segundos, pensando en su respuesta.

—Problemas familiares, no creo que le interese saber lo que pasa en mi familia. —Realmente esperaba que fuese así... Un momento... ¿Podía seguir considerando a ese círculo como su familia? Era obvio que él no era su padre, solo Norma y Jane eran las únicas personas que tenían una relación familiar con ella.

—Entiendo, no voy a meterme en eso. —Dijo tomando unos papeles del escritorio. — ¿Qué estuviste haciendo en estos últimos años? ¿De qué trabajaste? —De nuevo, la joven se quedó completamente petrificada, sumergida en sus pensamientos. No podía decirle a este hombre que había sido explotada, tratada como a un objeto y obligada a trabajar como un stripper en un sucio club de Miami. No quería que nadie aquí supiera sobre eso, esta era su nueva vida y para comenzarla tenía que dejar atrás su pasado. Podría decirle que no estuvo haciendo ningún tipo de trabajo durante estos últimos años, pero eso le haría pensar a Alen que ella no tenía ganas de trabajar realmente, la podría perjudicar. —Bailarina... —Escucho la voz del hombre de repente y todo a su alrededor se detuvo.

La tentación de  lo prohibido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora