24 de diciembre de 2002
Culpa. ¿Acaso sentía culpa por lo que había hecho?
Tal vez. Sí. Eso debía de ser. Pensó en que curiosamente, así denominarían los humanos a esa sensación que lo agobiaba en ese instante.
O, a lo mejor todo se resumía a su accionar (porque había mancillado las reglas que lo hacían quien era), y no a las consecuencias que se habían desencadenado por lo mismo tanto.
Por esto, no tardó en reflexionar en lo siguiente...
No sintió nada parecido cuando fue a llevarse —personalmente— a los señores; Montmorency-Laval, barón de Rais (llamado también Gilles de Rais [1440], en quien de hecho había sido inspirado el famoso personaje «Barba azul»); Behram (1840), Dahmer (1994); Gacy (1994)... Así como estaba seguro de que tampoco sentiría nada cuando tuviese que ir dentro de varios años a por un tal Ramirez (2013), y mucho menos por ese tipo mas próximo en su lista..., Shipman (2004), a quien apodarían «doctor muerte» —cosa que le daba mucho que pensar aunque desconocía la razón—. Al igual que estaba más que seguro que tampoco experimentaría ningún pesar, odio; nada positivo y nada negativo, cuando fuese el turno de Högel (a quien se le conocería mundialmente como el «enfermero de la muerte», y que era algo que le sonaba de quién sabía qué), y a muchos otros en su debido tiempo. Almacenaba en su eterna e infinita memoria los nombres y la historia detrás de cada cual, a su vez, conocía bien los detalles que los conllevaron o conllevarían a actuar de acuerdo al caso de cada uno (fuese cual fuese la índole de su proceder). Pero ¿qué relevancia tenía esto en este momento?
Tal vez... ¿el hecho de que él mismo, Law, había matado a dos hombres? Un momento. ¿Matar?
Sí. Había matado. O eso consideraba. Así era como lo sentía.
Porque después de todo, no era lo mismo tenderle la mano a quien su hora le había llegado, que, técnicamente, propiciar el fin de alguien cuya vida habría sido larga y afortunada a pesar de sus fechorías, maldades o malas decisiones.
La muerte no tenía por qué intervenir en los asuntos de los humanos. Lo sabía bien.
Si existía la igualdad en el mundo, eso debía ser representado por la muerte, y no a través de la señora esa, Iustitia (Themis), que con los ojos vendados posaba sosteniendo una balanza en una mano, empuñando una espada con la otra. La justicia no siempre prevalecía en un mundo lleno de corrupción. Muchos ya habían tenido una probada de la venda en los ojos, ¿no?
¡Él era lo único justo!
No discriminaba entre raza, edad, sexo, credo, religión (o la falta de ella). En su proceder no existía malicia ni intenciones ocultas y mucho menos odio. Él era la parada final en la estación de ese tren bala llamada «vida». Nadie podía eludirlo y nadie podía burlarlo.
Pero alguien ya lo había eludido, ¿verdad? No. Eso fue distinto. Solamente alteró el tiempo para aumentar las posibilidades en un reloj que todavía no se detenía. (Aunque por alguna razón desconocida éste no diese indicios de cuándo podría pararse).
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TODESENGEL ━━ [FINALIZADA] 《79》
Fanfiction[El ángel de la muerte] ▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂ Law x Lectora ▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂ ❝El ángel de la muerte, a tus órdenes, mi querida, [Tn]. Es un verdadero placer, el finalmente conocerte.❞ Aclaración: © Muchos de los personajes usados en esta obra le pert...