TODESENGEL ━━ [FINALIZADA] 《79》

Kapitel vierunddreißig: Ist es Liebe?

13 de mayo de 2023

Una sonrisa ladina tiró de la comisura izquierda en la boca de Doflamingo, tan pronto como se quedó parado al pie de la puerta abierta de par en par. Se llevó las manos a los bolsillos del pantalón gris, en tanto ladeaba el rostro hasta apoyar la sien derecha contra el marco. Se había detenido a observar a Jhansy, quien en las manos sostenía una de las pocas fotografías que él mantenía en el escritorio.

—Mis padres —declaró, causando que la pobre mujer se sobresaltara, al tiempo que se giraba hacia él.

Con Jhansy, Doflamingo casi siempre hablaba en español, ya que, cuando él intentaba lo contrario —alegando que era bueno que ella practicara—, ésta se quejaba de que su nivel de inglés era horrible. Se tornaba tan roja que, era notable lo mucho que le avergonzaba su pronunciación y estancada fluidez en el idioma.

Por otra parte, Doflamingo no ignoraba que la pobre se ponía tan nerviosa estando frente a él, que incluso olvidaba su propia lengua materna.

—Se-señor Doflamingo —murmuró, con los mofletes teñidos de rojo—. Lo siento... —añadió, devolviendo con torpeza el objeto donde antes se hallaba—, no era mi intención fisgonear. —Sintió estremecerse, ya que ahora que se giraba, notó que él se encontraba a muy poca distancia—. Por favor no se moleste. No quería que... Bueno... —Tragó saliva. ¿Por qué siempre se ponía tan nerviosa cuando lo tenía cerca?

—Tranquila —dijo Doflamingo, sonando amable, encantador y muy considerado—, no me he enfadado. No podría enfadarme contigo, y mucho menos por algo que no tiene importancia.

Con dificultad, Jhansy le sostuvo la mirada.

—De-Debo regresar a la cocina. ¿Se le ofrece algo más? —inquirió, dado que él le había pedido que por favor llevase algunos cubos de hielo en un recipiente.

—Sí —respondió acercándose peligrosamente a Jhansy. Se inclinó, complacido por el nerviosismo que provocaba en ella. Alargó la mano, aguantándose las ganas de pedirle que no se olvidara de respirar—. ¿Podrías por favor servirme un poco de whisky? —le mostró el vaso de cristal, que había cogido del escritorio.

Sintiéndose tonta, Jhansy esbozó lo más parecido a una sonrisa de disculpa para consigo misma. Por un momento, ella había creído que él la acechaba para besarla justo como lo hacía en sus sueños más locos. Claro (y que se notara la ironía), como si una simple sirvienta —y de paso rellenita—fuese a llamar la atención de un hombre como Doflamingo.

Aunque, en ocasiones, Jhansy tenía la impresión de que Doflamingo le enviaba señales sutiles, como si... No. Qué señales ni que nada. ¡Todo estaba en su mente!

—Enseguida —respondió con amabilidad. Esa era su oportunidad para huir de la cercanía que le había puesto el corazón a hacer horas extra con los latidos acelerados.

Fingiendo no darse cuenta de nada, Doflamingo se limitó a observarla desde su asiento ortopédico donde se sentó con total serenidad. Colocó el codo sobre el escritorio, y apoyó la quijada en el dedo pulgar manteniendo el índice cerca de la punta de la nariz, y los demás ligeramente flexionados hacia la palma de la mano.