TODESENGEL ━━ [FINALIZADA] 《79》

Kapitel siebenunddreißig: Die Ruhe vor dem Sturm

2 de julio de 2023

«Todo sirve a un propósito», con esas palabras resonándole en la cabeza, Law abrió los ojos sintiéndose un poco desorientado.

Miró hacia el techo con el ceño fruncido, preguntándose: ¿qué había sido eso? Suspiró, concluyendo que, tal vez había estado soñando. Aunque no recordaba de qué se trataba. Ni un solo fragmento.

Dicha inquietud fue relevada por su consciencia que poco a poco tomaba el control de su cuerpo. Una sonrisa de bobo tiró de las comisuras de su boca, ahora que empezaba a resentir cierto peso sobre su brazo entumecido.

El gesto fue reemplazado paulatinamente por una mueca de extrañeza, tras tomar en cuenta que se había quedado dormido después del segundo asalto en su noche de bodas. Tampoco tenía quejas, pero eso no aminoraba su estado de moderada consternación.

Con mucho cuidado, se acomodó de medio lado para poder observar de frente a la mujer que dormía apegada a su cuerpo.

El mero hecho de contemplar la carita de [Tn] con los primeros rayos del sol apenas colándose por las cortinas, lo hacía sentir que todo lo que había hecho desde el minuto cero, lo había conllevado hasta ese preciso momento.

Casi conmovido, advirtió una grata corazonada (que si bien era cierto y no debía ser acertada); le hacía creer con cada fibra de su ser, que era un hombre afortunado por tenerla; más bien, que estaba destinado a [Tn].

No creía en las coincidencias y tampoco en la suerte, así que su balanza se decantaba, decididamente, por el destino.

Porque, ¿era coincidencia haberse enamorado exactamente de la hija de quien en otra dimensión fuera su papá? ¿Era suerte? No. No lo era.

Con, o sin recuerdos, alguna vez tendría que encontrarse con el nombre de Donquixote Rosinante en su lista (a menos de que éste no hubiese existido en esta dimensión). Lo habría conocido, se habría intrigado tal como sucedió la primera vez que lo vio en aquel hospital en España, y habría conocido a [Tn] en las circunstancias que fuesen. Y a lo mejor, todo habría acontecido justo como se había dado en un principio.

Bueno, ya era suficiente de tantos «habría», o que si esto, aquello, o lo otro. Como fuese, sí, sentía que Trafalgar Law, Todesengel o no, estaba destinado a encontrarse con esa mujer que el día anterior había vuelto su esposa.

Fue un asco como Todesengel, lo sabía bien. No pudo resguardarse de lo que se suponía que no debía hacer, y acabó sucumbiendo una y otra vez; rompiendo las reglas, e inclusive actuando como lo que era y que no recordaba..., un ser humano, no obstante, quería ser un buen esposo para [Tn]. Deseaba poder hacerla feliz, y cuidarse de cometer algún error que lo condenara a pasar la noche reflexionando sobre sus malas acciones (y/o decisiones) en un sofá; o lo que era peor, llegar a hacerle daño de una forma u otra.

Una promesa silenciosa se reafirmaba y enardecía en el gris de los ojos de Law. Iba a cuidar de [Tn] con su propia vida. Daría todo por ella. Todo. Sin excepciones.