❝sumo sacerdote cortejo, blasfemia o sacrilegio(?), hierofilia, exorcismo porno, bofetadas, voyeurismo, una pizca de yunho al final.❞
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Caminabas hacia tu casa cuando una hoja de papel te golpeó la cara, estaba en un idioma antiguo, simplemente la doblaste, la guardó en tu bolsillo y te fuiste a casa. mientras caminabas sentiste que tu pierna ardía, la hoja de papel ardía y algún tipo de sello estaba impreso en tu pierna.
Decidiste caminar hacia tu casa y descansar esperando que la sensación se disipara pronto. Era de noche y estabas sudando mucho y sintiendo un calor inmenso y tu miembro estaba duro como una roca, comenzaste a rodar sobre la cama pero nada calmó tus necesidades.
Tu amigo y compañero de piso fue a tu habitación y allí estabas, te arrastrabas por las paredes y el techo
— ¿Qué carajo estás mirando?— Una voz demoníaca saliendo de tu boca. Asustado de lo que le estaba pasando a su amigo decidió ir a la iglesia más cercana y pedirle al padre que practicara un exorcismo en ti.
—Hola, soy el padre Wooyoung ¿En qué puedo ayudarte?— preguntó.
Un tipo cansado tratando de recuperar el aliento respondió
— Mi... Mi amigo creo... que está poseído, se arrastraba por las... paredes de mierda.
— No digas malas palabras en el templo de Dios, hijo— El padre respondió— ¿Dónde vive?
Estabas ahora con las manos y los pies atados con cuerdas a cada rincón de la cama.
— Te sugiero que salgas de la casa, no quiero que otra persona sea poseída— Le sugirió el padre al otro tipo que inmediatamente salió corriendo de allí.
— Así que... ¿Por dónde vas a empezar?— Preguntaste poseído.
— ¿Qué quieres decir?, ¿Comenzar qué?— preguntó el padre.
— Empezar a romper este culo hambriento— Te reíste poniendo tus muslos juntos tratando de conseguir algo de fricción para tu pene duro— Se siente tan caliente dentro sólo tienes que meterlo por favor, ya está mojado allí atrás no hay necesidad de lubricación— Dices mientras sacas la lengua y te lames los labios.
El padre Wooyoung comenzó a sudar ante esas palabras desagradables que van directamente a su miembro que estaba empezando a ponerse duro.
— ¿Cuál es tu nombre demonio?— Preguntó en un tono exigente.
— Mierda, si daddy, me gustan los dominantes— Te burlas gimiendo y mordiendo tu labio inferior.
El padre estaba empezando a sentirse frustrado y excitado también, algo en el aire lo estaba mareando.
— ¿Cómo te llamas demonio?, deja a esta persona inocente en paz y vuelve a donde perteneces— Comenzó a leer la Biblia y apuntar un crucifijo hacia ti.
— Espera— Dijiste con tu voz normal— ¿Qué está pasando?— Wooyoung te miró sorprendido.
— Estoy tratando de salvarte hijo— Dice, pero tu cara se convirtió en una sonrisa burlona. Te reíste histéricamente.
— Vamos sé que lo quieres demasiado— Dices poseído mientras rompes las cuerdas— Honestamente no sé por qué la gente sigue usando cuerdas para atar a los poseídos— Dices frotándote las manos— ¿No se supone que tenemos súper fuerza?... de todos modos— Te sentaste en las piernas del padre y empezaste a frotarte sobre su pene— Maldición, es tan grande, dámelo por favor— Dices siendo un desastre todo ruborizado y sacando la lengua.
— Eres una puta, aléjate de mí— Wooyoung te dio una palmada muy fuerte en las manos haciéndote gemir.
— Maldición~ me encanta eso— Entonces agarraste tus pantalones y los rasgaste mostrando tu entrada siendo una clara invitación a ser tomado.
— Carajo puta— Dice el padre con su notorio bulto formando una tienda de campaña en su ropa— Vuelve a el poder, Cristo te obliga— Repitió esa última frase tres veces y cada vez que la decía tú gemías como si lo estuvieras disfrutando. Sintiéndose derrotado Wooyoung cayó al suelo sin saber qué hacer, mirando fijamente tu entrada mientras te tocabas.
— Ven y reemplaza estos dedos por tu pene grueso y venoso padre. Exorcízame con esa carne sagrada— Gemiste mientras te metías los dedos en tu entrada otra vez aún en la cama.
Como si estuviera poseído Wooyoung también Se levantó, se quitó la ropa y te dio una nalgada con su miembro.
— Mira lo que me estás haciendo hacer— Dijo el padre preocupado.
— No luches contra la sensación, déjate llevar y disfruta— Gemiste con la punta del pene dentro de tu entrada.
— ¡Puta de mierda!— Gritó el padre metiendo todo su miembro dentro de ti haciéndote ver estrellas.
— Hngh~.... Mierda, me encanta esto— Dices muy excitado Wooyoung siguió embistiéndote
— Voy a expulsar ese demonio de puta fuera de ti con mi pene santo— Dice con una mezcla de disgusto y placer en su cara. Comenzaste a masturbarte sintiendo esa sensación en tu vientre inferior.
— Sabes por ser un padre me coges muy bien— Wooyoung te abofeteo en el rostro.
— Cierra la boca— Dice con odio, luego agarró tu pene masturbándolo tan fuerte como pudo haciéndote correr tanto que parecías una fuente de semen pegajoso y blanco pintando todo a su alrededor. Wooyoung no se da cuenta, pero tus ojos volvieron a su color normal y el sello de tu pierna desapareció
— Toma este semen sagrado y arrepiéntete de tus pecados, perra— Dice sintiendo su miembro palpitar dentro de ti llenándote de su semen espeso. Sintiéndose agotado colocó sus manos a un lado de tu cabeza, haciendo contacto visual, el sudor del padre cayendo sobre tu piel.
— ¿Padre qué está pasando?— Preguntaste sintiéndote confundido pero la vista delante de ti era majestuosa, Wooyoung estaba escondiendo un cuerpo sexy y muy dotado debajo toda esa ropa, colocaste tus brazos de su cuello y lo besaste, el mayor corresponde al beso y comenzó a empujar su pene de nuevo dentro de ti empezando una segunda ronda...
El demonio Yunho estaba sentado en un árbol, todo este tiempo estaba viendo el evento pornográfico masturbándose. Con un movimiento de las manos hizo desaparecer el sello y así recuperó la parte de su alma.
— Ese padre coge tan bien, maldito— dice mientras se prepara para regresar a su reino lujurioso.
La gente se sorprendió al verte ir a la iglesia, alguien que casi nunca iba, ahora eras el primero en ir cuando se abre. Lo que no saben es que te ibas a arrodillar pero no exactamente a orar.
— Perdóname padre porque he pecado— dices
El padre Wooyoung solo acaricia tu mejilla y luego la golpea suavemente con su pene grueso y venoso
— Te perdonó hijo mío— simplemente abres la boca y comienza a embestir. Pasaron el resto de sus vidas cometiendo blasfemias cediendo a sus deseos y fantasías sexuales.
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