“Omegaverse, Shawn Omega, Sumisión, ¿Obsesión?”
Shawn y tú son compañeros de cuarto en la universidad desde hace unos meses. Muy buenos amigos, sin embargo, pasan cosas entre ustedes. Desde que se conocieron, ambos notaron que había una clara química entre ustedes, pero al parecer ninguno decía nada. Últimamente esa química pasó a tensión, mucha, cosa que no ibas a dejar pasar. El Omega se encontraba en su escritorio estudiando. Lo llevaba haciendo hace ya casi tres horas sin parar, por lo que supusiste que estaría algo estresado. Te acercaste a él por detrás, y, poniendo tus manos en sus hombros.
— ¿Necesitas ayuda?— Le susurraste en su oído.
Eso fue más que suficiente para poner nervioso a Shawn, quien sorprendido balbuceo que no, sin embargo, la forma en la que tus manos se paseaban por sus hombros y pecho, lo puso ligeramente duro, cosa que notaste.
— ¿Seguro?— Sonríes travieso mientras sigues masajeando por su pecho rozando un poco sus pezones sobre su camisa.
Shawn se estremeció ante tu toque, tratando de mantener su concentración en la tarea en cuestión. Pero la sensación de tus manos vagando sobre su pecho lo distraía, por decir lo menos. Podía sentir que se ponía más duro debajo de su ropa.
— A-Alex— tartamudeó nervioso, sin saber cómo responder a tus caricias provocativas.
A pesar de su vacilación, el omega se encontró inclinándose hacia atrás en tu toque, su respiración se volvió un poco más rápida. El calor de tus manos se filtró a través de su camisa, enviando escalofríos por su columna vertebral. Sabía que debía detenerte, pero una parte primaria de él no quería hacerlo.
La química entre ustedes se había estado construyendo durante tanto tiempo... ¿Quizás finalmente era el momento de actuar en consecuencia? Shawn se giró en su silla para mirarte, sus ojos cafés buscando los tuyos intensamente. Su voz salió ronca.
— ¿Qué estás haciendo?— Sonaba a partes iguales confundido y excitado.
Tus ojos zafiros se encontraron con sus cafés, Te sientas es sus piernas encima de su miembro aprovechando que se había tirado en su silla.
—¿Qué crees que estoy haciendo?
Las mejillas del omega se sonrojaron profundamente cuando se dio cuenta de la posición comprometedora en la que lo habías puesto. Tu peso sobre sus piernas lo inmovilizó contra la silla, lo que le dificultó escapar. Y justo en el medio, su grueso miembro cobró vida, ya medio duro y palpitando con anticipación.
— Tú... Tú sabes exactamente lo que estás haciendo— Tartamudeó, mirándote con partes iguales de vergüenza y anhelo en sus ojos —¿Por qué estás haciendo esto?— Incluso mientras hacía la pregunta, Shawn sabía la respuesta.
La tensión entre ustedes dos había estado creciendo durante meses. Los encuentros íntimos nocturnos que a veces se convertían en sesiones de besos. El roce accidental de manos que siempre parecía generar electricidad. Estabas destinado a hacer esto.
Las manos del omega subieron para descansar sobre tus rodillas, sus dedos clavándose en el denim mientras se aferraba a él con todas sus fuerzas. Su pecho se agitaba con respiraciones superficiales, su corazón latía a un ritmo rápido. Estaba asustado... pero también desesperado y tremendamente emocionado.
— ¿Realmente necesitas una respuesta? Por qué ya la sabes— Te acerque a sus labios rozandolos con los los tuyos sin juntarlos aún, jamás en tu vida habías creído sentir esto por un Omega masculino.
