Tener al dios del trueno bajo tu misericordia y tus órdenes era lo más satisfactorio y te daba un poder demasiado estimulante.
Thor era conocido por ser un dios serio (en ocasiones), imponente y nada fácil de manejar. Era irónico cómo ese mismo hombre, fuerte y de hermoso cabello rubio, se encontraba cubriendo con su mano sus descarados gemidos.
Con cada empujón que le dabas mientras masajeabas su gran y erecto miembro, Thor se derritió en convulsiones de placer y dejó escapar los gemidos más dulces que jamás hayas escuchado.
— Qué hermoso tenerte así, todo para mí— Susurraste entre sus labios, retiraste su molesta mano y te acercaste para que sus respiraciones se rozaran.
Thor brillaba ante ti, por el sudor que toda la acción le estaba provocando. Sus mechones rubios adornaban parte de su rostro y las almohadas. Se veía tan divino.
Gemiste un poco cuando la entrada de tu amante presionó con tanta fuerza tu miembro. Sentiste que te devoraba lentamente y no pudiste contenerte.
— ¿Te gusta esto, cariño?— Mencionaste, pausando tus acciones y haciendo un movimiento lento, lento y suave hacia adelante y hacia atrás para que toda tu extensión de carne penetrara profundamente en el interior del dios.
Solo movió los ojos y ahora se mordía con fuerza los labios rojizos, casi haciéndolos sangrar.
Tomaste sus manos y las aprisionaste sobre su cabeza. Ahora aumentaste los movimientos, observando como su cuerpo se movía de la misma manera ante las violentas penetraciones. Volviste a bajar la intensidad. Solo querías que Thor sintiera y disfrutara todo.
Aunque no decía mucho sobre el sexo, sus mejillas se coloreaban cuando te miraba y sus ojos se volvían dulces y risueños cuando llegaba el momento de tomarlo.
— ¿Estás bien, Thor?— Preguntaste lamiendo el lóbulo de su oreja. Haciendo que su cuerpo vibre de nerviosismo.
— Mhm...— Sólo una vaga afirmación salió de su boca. Cada vez más perdido en la forma en que lo tomabas.
— ¿Estás seguro? Me parece que estás tan emocionado que ni siquiera puedes controlarte. Habla conmigo— Mencionaste sin dejar de penetrarlo y frotarte junto a él.
Thor abrió la boca pero solo sirvió para dejar escapar el más vergonzoso sonido de placer, sus ojos se nublaron por el éxtasis. Su boca se curvó lentamente y una leve sonrisa no abandonó su rostro.
— ¡nnngh!— Haaaa~ estaba tan perdido. Ya no tenía sentido hablar con él. Pero todavía querías burlarte un poco de él.
— Mmm, ya veo, entonces que te tome así te hace perder la cabeza...— Diste una fuerte embestida haciendo que tus testículos golpearan contra su trasero. Completamente sumergido, así te quedaste— Me encanta.
Thor ahora estaba aferrándose a las sábanas mientras abría las piernas de par en par mirándote penetrarlo, como si eso aún no fuera suficiente. Él solo estaba respirando y ofreciéndote su entrada, sin hacer nada más. Solo jadeó cuando era demasiado para él, su polla se balanceaba, chorreando líquido pre-seminal y mordiéndose los labios para no gritar.
— Mírate Thor, siendo jodido tan sucio, como una puta— Tu respiración era irregular y te sentías al borde. Thor sacudió la cabeza con aprobación mientras sus manos alcanzaban tus nalgas para hacerte llegar aún más profundo.
— Entonces, de verdad lo crees, dime, dime Thor, usa esa boquita— Te miró perdido y luego volvió a mirar cómo tu polla se enterraba en su entrada
— Me follas como a una puta... tu puta— Dijo rápidamente mientras gemía, soltando palabras inentendibles para repetir lo mismo otra vez.
Jodidamente adorable.
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