𝗣𝗼𝗸é𝗺𝗼𝗻: 𝐅𝐮𝐭𝐮𝐫𝐨 𝐈𝐧𝐜𝐢𝐞𝐫𝐭𝐨

Capítulo 68

— Oye, ¿tú no estás subiendo muchos capítulos seguidos? descansa un poco – pregunta una niña random.

— No sé de qué me hablas — dije — Subo capítulos diariamente porque tome esa decisión, y porque me gusta hacerlo. Además se acerca halloween y debo asegurarme de que se acaben los problemas de la historia para hacer el capítulo especial, boba.

— Pero si antes dijiste que te lo ibas a tomar en calma.

— No te escucho, ¿hola hola hola?

— ¡Si me escuchas! — molesta.

En fin, que se calle la niña esta y sigamos con la historia.

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Capítulo 68

La aura que ningún humano adquirió

[Región de Unova, Ciudad Castelia]

{En el futuro}

Narrador Neutral:

Irida entró en consciencia al ver los ojos blancos de Adaman. Tenía que decirle a Celebi que lo curase, antes de que se muriera.

— Celebi, cura de una vez a Adaman, se morirá si sigue con esas heridas — dijo.

— Si, si, lo sé, estaba preparándome para esto — dijo, estirando los brazos y acercándose a su amigo.

Gliscor, que estaba viendo desde lejos como el Pokémon singular ponía sus manos en el pecho del jerarca, tenía una mirada preocupante y apagada, no había peleado, podría haber cambiado el resultado del combate al haber aparecido antes, pero Adaman se negó a sacarlo, por alguna razón.

— [¿Te encuentras bien?] — preguntó la voz de un Pokémon.

El escorpión volteó la cabeza, vio a su lado a un potro repleto de colores vivos y un gran cuerno en su frente, era Keldeo, que ya se había librado de la congelación de Kyurem.

— [¿Como se te ocurre preguntarme eso?] — preguntó Gliscor — [Todos mis amigos están destrozados, y yo estoy perfecto, no he hecho nada para ayudaros, para ayudarte a ti...] — deprimido.

— *suspira* [Tal vez tu entrenador no quiso sacarte a combatir por miedo, aunque sea fallo suyo no creer en tu fuerza tú también debes aceptar que a veces alguien nunca puede alcanzar a los demás, ya sabes, siempre dicen que un héroe nunca será capaz de salvar al mundo entero por muy héroe que sea] — explicó el Pokémon singular.

— [Y vaya que tienes razón... aunque, aun estando en la Pokeball podía sentir esa extraña energía proviniendo de vosotros dos, ¿que os paso?]

Keldeo se puso a pensar en cómo cambió su forma de actuar cuando sus ojos se tornaron de un color azul brillante. Cuando se sincronizó en total perfección con Adaman en un tiempo de  tres minutos.

— [No sé cómo explicártelo, porque yo tampoco estoy seguro, cuando la ira y la furia se adentro en nuestros cuerpos, sentí como todo mi ser empezó a arder, y luego de eso empezó a moverse por su cuenta, no tenía control sobre mi, y en un pestañeo de ojos vi que, quien sea que me estuviera poseyendo en aquel entonces, estaba humillando a Kyurem con mi cuerno roto]

— [Es verdad, ¡tu cuerno! Ese bastardo te lo rompió, que vas a hacer?!]

— [Cálmate cálmate, tarda pocas horas en volver a crecer, no es un hueso, descubrí eso hace pocos años]