Capítulo 36

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Capítulo 36

El blanco del arete de Adaman

Sin abreviaciones, seguimos donde lo dejamos.

De repente. Un recuerdo cruza la mente del jerarca.

Narra Adaman:

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— ¿¡Porque me regalas esto?! — gritó una voz femenina.

Que...?

— No se, vi que tenía los colores de tu vestimenta y fuiste lo primero en lo que pensé — esa... esa es mi voz.

Que es esto? Otro recuerdo repentino? Que está pasando, no consigo acordarme.. de nada parecido.

Espera... ese soy yo, en la Costa Cobalto, con Irida... ¿que hacíamos allí? Mi memoria tan mala me impide recordar la razón. Me fije en la jerarca del Clan Perla, tenia en sus manos unas flores de color rojo, amarillo y azul, tenía razón, esas flores combinaban con su vestimenta.

Pero no era eso lo que me estaba acordando, me acuerdo de aquella vez en la que olí el cabello de Iono por primera vez, me parece recordar que dije que me recordaba a cierta flor su olor, ¿serán esas flores que le regale a Irida?

¿Pero porque estoy recordando esto ahora mismo...? Cual es el sentí-

— Sabes que nadie puede vernos así, ¿verdad? — le dijo Irida a mi yo de antes, nerviosa — Somos de clanes distintos, esto podría ser catalogado como una traición, ¿¡porque se te ocurre regalarme unas flores idiota?! — con un leve sonrojo.

— Si, quizá tengas razón, somos de clanes diferentes, pero eso no borra el pasado, sea donde sea que estemos en el presente siempre estuvimos juntos en la infancia, ¿no te acuerdas de aquellos tiempos?, aquellos en los que éramos felices y no lo sabíamos — dije con una mirada serena.

Es cierto, como fui tan idiota de olvidar que Irida y yo nos criamos juntos, me acordé de como mi yo de antes de lamentaba cada día de haberse separado de ella. Era una chica muy hermosa, pero nunca llegué a tener una relación con ella.

Si, en efecto, Irida fue la primera chica de la que me enamoré, sin embargo mi cobardía me impedía expresar mis verdaderos sentimientos, pero... después de todo, no iba a ser posible, éramos de clanes distintos, y con eso, no podíamos estar juntos.

Es cierto que siempre teníamos una relación muy extraña, siempre nos peleábamos acerca del tiempo y el espacio, pero así éramos desde pequeños. Pero también hubieron momentos muy importantes entre nosotros, momentos que nos hacían preguntarnos realmente lo que sentíamos el uno del otro, momentos incómodos y hermosos.

 Pero también hubieron momentos muy importantes entre nosotros, momentos que nos hacían preguntarnos realmente lo que sentíamos el uno del otro, momentos incómodos y hermosos

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𝗣𝗼𝗸é𝗺𝗼𝗻: 𝐅𝐮𝐭𝐮𝐫𝐨 𝐈𝐧𝐜𝐢𝐞𝐫𝐭𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora