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Mis días habían sido casi los peores días de mi vida, si tan solo no hubiese existido hace casi seis años la pérdida del hombre de mi vida y de la persona con la que quería pasar el resto de mis días. Supongo que tengo que ver la situación desde un punto de vista "favorecedor", considerando que he estado peor, absolutamente. Pero me siento humillado. Me siento roto. Me siento usado. Y, siendo lo peor de todo... siento que no valgo nada. Jennie tomó ese poco gramo de autoestima que había logrado construir a través de todos mis años, a través de todas las críticas de los demás, que había guardado con tanto esmero en mi interior para que la gente no lo dañara (porque era frágil, y era muy mío) y lo tomó entre sus dedos para hacerlo pedazos.

¿De qué sirve tener el don del cambio total si cuando soy lobo mi vida está en constante riesgo, y cuando estoy como humano mi existencia no significa ni una mísera mierda para nadie? Dicen que los betas somos quienes más controlan la diferencia entre el humano y el animal, que por eso hemos perdido características que se asocian a las castas y solo parecemos simples humanos con uno que otro con el don de transformarse, pero siento que bajo todo contexto mi vida no es justa. Sé que hay amigos Alfa que se comunican con su lobo, que su lobo les da fuerza, les dice que hacer, los acompaña, y lo mismo con los Omegas, de hecho las manifestaciones como el celo, la voz de mando o la percepción de olores es el rasgo lobo que todavía tienen siendo humanos, y en cambio nosotros... lo hemos perdido todo. Siento que incluso se podría decir que somos más evolucionados, pero para el sistema de castas, definitivamente no valemos nada.

No valí nada para Jennie, quedó más que claro.

No valí nada para ella cuando tuvo la opción de engañarme, de sacarme en cara que era un beta "demasiado inferior para ella", pero tampoco valí nada para mi mismo cuando tomé el poco de ropa y de pertenencias que tenía y... simplemente me fui de la casa.

Debí haberle pedido explicaciones.

Esa casa era de los dos, en teoría. Nos íbamos a casar e íbamos a compartir todo. Pero yo tuve que tomar la humillación mayor de salir del hogar que se había creado en un castillo de arena y que se estaba derrumbando, yo soy el que tiene que estar en todo el frío bañándose en el agua helada de mi sede de trabajo, con las maletas para todos lados, con el agua goteando por mi cabeza porque no tengo secador de pelo, durmiendo casi a la intemperie porque tengo vergüenza de decirle a mis amigos lo mucho que fallé.

Lo mucho que me equivoqué, porque sé que ellos estaban al tanto de ello.

Los días que me quedé en la sede y dormí en una silla de la sala de entrenamiento, soñé con él.

Soñé con su sonrisa, soñé con su voz risueña. Soñé con su alegría, y soñé con las palabras más lindas que me había dicho en mucho tiempo.

"—Todo estará bien, TaeTae.

—¿Estás seguro, Mimi?

—Te lo puedo prometer, amor".

Ese mismo día en la tarde, fui a ver a Jimin al cementerio. Su tumba siempre estaba llena de flores cortesía de su familia y de mí, porque mi hermoso beta siempre había amado las flores porque eran el único olor que podía sentir y de cierta forma decía que sintiendo algo se sentía menos extraño cuando el resto le hablaba sobre esencias que él no podía percibir.

Beautiful fate |  kookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora