; diecinueve

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"Finalmente", pensé, o dije, o verbalicé con mi cuerpo, mi voz, mis sonidos, mi respiración, no lo sé, pero fue una calma absoluta, un silencio a todos mis malestares y una plegaria a cada una de mis necesidades en cuanto Jeon Jungkook finalmente se introdujo en mi interior, una pequeña resistencia de mi anillo muscular que me obligué a relajar mientras enterraba mi nariz en su cuello y lo olía, ese exquisito aroma que mi lobo había incorporado a su cerebro como si fuera el oxígeno que necesitábamos, y al sentir el roble, el pino y la lavanda de Jungkook, me sentí en casa.

Me sentí protegido.

Nada importaría, ni siquiera que estuviésemos en medio del bosque, mientras otros lobos podrían fácilmente estar dando vueltas alrededor, mientras cualquier otra persona (incluidos mis compañeros de trabajo) podrían aparecer en cualquier momento y romper esta burbuja en la que estábamos, pero volver a mi forma humana luego de que mi lobo hubiese conocido directamente a su destinado trajo una carga emocional indescriptible, y la necesidad imperiosa de Jeon Jungkook atravesó cada neurona y se transformó en mi único pensamiento. Mi única plegaria en la vida.

Gemí justo en el cuello de Jungkook, mi boca abierta cayendo sobre su piel y mordiéndola para poder ahogar mi gemido necesitado, demasiado más alto del que acostumbraba a soltar en esta misma circunstancia con otras personas, e incluso la primera vez con él.

Jungkook se estremeció de pies a cabeza cuando se enterró hasta la base de su largo miembro y su cabeza cayó hacia atrás, su largo cabello sudado y un gruñido que rompió el aire.

Nos quedamos allí, conectados como un solo cuerpo por lo que pareció una eternidad, la luz de la luna lentamente llegando a iluminar nuestros cuerpos llenos de sudor y nuestros rostros cargados de placer, y cuando logré salir de mi lugar seguro entre su cuello (notando que le había dejado un lindo hematoma con la forma de mis labios), lo miré directamente a los ojos.

Y tuve que lugar contra las lágrimas que amenazaban con salir.

Sin previo aviso, comencé a moverme encima de él, cabalgando a Jeon Jungkook a las profundidades del placer, cayendo con él en el trayecto.

Jungkook posicionó una mano en mi rostro, sacando mi cabello de mi frente y de mis ojos a medida que los movimientos sensuales de mis caderas aumentaban en conjunto con sus gruñidos bajos y con unos sonidos que salían de mí que no me hacían sentir orgulloso en lo absoluto, pero me calmaba saber que solo él los escuchaba.

—¿Estás bien? —susurró en voz baja, su otra mano en mi cintura.

—Nunca he estado mejor. —dije casi sin aliento, hasta que su mano derecha siguió el mismo patrón que la izquierda, y se encerraron ambas en mis caderas y comenzaron a hacerse cargo de ritmo de mis movimientos, aumentando la fricción y su penetración en mí que mi pecho sentía cada vez más difícil la normal tarea de respirar.

Beautiful fate |  kookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora