El destino es algo cruel, más aún cuando te juega las pasadas que le juega a Jungkook, quién conoce al destinado de su lobo cuando lo descubre en el momento en que el mismo Jungkook se enreda en las sábanas de la prometida de Tae.
o, cómo Jungkook t...
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—¿Taehyung?
Mis ojos cayeron sobre mi Beta, y su rostro se giró hacia mí como si una conexión suprema lo hubiese movido, sus ojos destellando con alegría y emoción luciendo como un niño pequeño en el suelo, dibujando con Sejeong mientras ella movía sus piernas en el aire desde la posición en la que estaba. Se veían muy tiernos con las cabezas juntas mientras pintaban un cuadro que Jeonnie tiene desde la semana pasada en blanco y debo admitir que pasé a llevar la privacidad de Tae al sacarle una foto así, pero se acababa de convertir en mi mayor tesoro.
Mi corazón se derritió al darme cuenta de la simpleza de las cosas: Taehyung podía parecer un Beta muy duro, probablemente también estaba lleno de miedos e inseguridades que no se notan en gran medida por la manera en la que se desenvuelve, de la manera en la que mueve su belleza y la manera en que arrasa con las miradas, pero en el fondo, está claro que es una persona diferente. Suave. Hermosa. Tierna. Alegre y risueña.
Y amé estar viendo esta parte de él.
Ni siquiera me avergüenza decir que estuve toda la última hora perdido en la manera en que jugaba con la hermana de Gyu. La hermosa sonrisa de ambos estando en casi toda su interacción, mientras a la distancia yo sonreía para mí mismo.
—¿Koo...? —tosió de un momento a otro. —¿Jungkook? —dijo, su voz demasiado dura en la última parte.
Sonreí suavemente a pesar de su tono de voz. —¿Quieres ir a casa?
Sé que no imaginé el puchero que hizo, sus labios en forma de corazón y rosados tan hermosos curvándose delicadamente hacia abajo, haciendo que su rostro se viera mucho más... impactante. Creo que si hubiese sido una persona cualquiera y no su Alfa destinado, probablemente me hubiese enamorado de él aquí, ante la visión casi perfecta y avasalladora de un jodido puchero.
Creo que en algún momento mi cerebro se rompió.
—¿Tan luego?
—¡Es tarde, tío Tae! —en aquel momento Jeonnie miró el reloj de pulsera color rosado que siempre andaba trayendo a todas partes, por tan solo una fracción de segundo, lo que me dejó en claro que en verdad alguien no había aprendido aún a ver la hora. Me reí sin evitarlo. —Tengo que llegar a ver una serie con mi hermano. ¡¡BEOMGYUUUU!!
Taehyung se paralizó, todo su rostro cambiando en su totalidad con unos ojos bien abierto, mordiendo su labio inferior con nerviosismo, perdiendo el color de sus mejillas y puedo jurar que su cuello sonó cuando escuchó a Jeonnie decir eso, siguiendo su línea de visión para encontrarse con el muchacho de rostro anguloso. Tae volvió a respirar cuando sus ojos cayeron en él, y arrugué mi frente.
¿Qué rayos significaba eso?
Jeonnie corrió a su hermano, sin siquiera recoger las cosas esparcidas por el suelo, lo que quedó como tarea para Tae, quién se acuclilló a juntar las cosas. Caminé hacia él para ayudarlo, y luego extendí mi mano hacia él para sostenerlo mientras se levantaba. Pude notar como luchó contra esa acción, y juro por dios que pude escuchar su voz molesta pensando: "no necesito su ayuda para levantarme, no soy un jodido Omega ni tengo setenta años", pero aún así la tomó.
