El destino es algo cruel, más aún cuando te juega las pasadas que le juega a Jungkook, quién conoce al destinado de su lobo cuando lo descubre en el momento en que el mismo Jungkook se enreda en las sábanas de la prometida de Tae.
o, cómo Jungkook t...
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—Uhmm... Hola a todos. Él es Jeon Jungkook... —susurré, intentando evitar el contacto visual con todas las miradas interrogativas y asombradas que lanzaban mis compañeros de trabajo en nuestra dirección.
Hoseok sonrió, calmando las aguas de mi interior como siempre lograba hacerlo. —Ya lo conocíamos, hyung. Él ha venido a entrenar con nosotros, además, ¿eres el hermano menor de Seokjin-ah? ¡Hemos escuchado mucho de tí! Bienvenido.
Hobi apretó mi brazo antes de extender su mano para saludar a Jungkook, y en ese pequeño gesto me dio a entender de que íbamos a tener una conversación más adelante. Rodé los ojos, recordando la manera en la que Hobi casi me golpeó cuando le conté de mi relación con Jungkook aunque omití muchos detalles, y ahora mismo tampoco quería volver a tocar el tema porque era un tema demasiado delicado.
En cambio, me enfoqué en el trabajo en sí, pues no por nada estábamos aquí.
Sí.
Muy divertido que me paguen por tomar sidra de manzana que a mi parecer es el mejor trago de la existencia, pero no estaba disfrutándolo tanto como me gustaría porque mis ojos inmediatamente iban a la garganta de Jungkook mientras tragaba el alcohol, de alguna manera su manzana de Adán subiendo y bajando tan provocadora mientras bebía, que mi estómago se calentó y tuve que luchar contra una erección molesta y con una mezcla de sentimientos encontrados mientras lo observaba ser el alma de la fiesta, con todo el mundo queriendo acercarse a él y los pocos Omegas que nos rodeaban que no eran mis amigos, con sus ojos fijos en él.
Gruñí sin poder evitarlo en voz baja.
—¿Estoy alucinando, o te veo molesto, ratoncito?
—No me llames así. —le gruñí a Soobin, mientras él reía en voz baja, su cuerpo moviéndose a la par de su risa, por lo que se ganó un golpe en el brazo.
—¡Hey, hey, lo siento! Es que tienes una nube tan negativa encima de tí que los locos —con su boca como pato apuntó hacia el frente, y yo me giré solo para apreciar a Yeonjun y a Beomgyu mirándome como dos cachorritos perdidos. —me obligaron a venir a verte. ¡Este es un día bueno, hyung! No te amargues por tonteras.
—¿Quién dijo que estoy amargado?
—Uhhhm... ¿tu cara?
Golpeé con mi dedo su frente, haciéndolo reír fuerte, llamando la atención del resto. Noté en ese momento la mirada asesina de Jungkook, porque estaba justo ahora sonriéndole a un Alfa que no era él.
Lamí mis labios, divertido.
Ah, ves que se siente mal que le estés dando tu atención a otras personas.
Parpadeé ante mi pensamiento. ¿Desde cuando estaba siendo tan territorial? Como si Jungkook me perteneciera solo por ser destinados.
Me sacudí mi horrible cabeza, intentando lanzar lejos mi pensamiento, y tomé al joven Alfa Soobin del codo, obligándolo a caminar hacia los otros tontos, quienes me sonreían alegres. —Vamos, tenemos que dejar todo listo para comenzar con la parte divertida.
