El destino es algo cruel, más aún cuando te juega las pasadas que le juega a Jungkook, quién conoce al destinado de su lobo cuando lo descubre en el momento en que el mismo Jungkook se enreda en las sábanas de la prometida de Tae.
o, cómo Jungkook t...
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Mis piernas duele, pero aún así estoy corriendo.
Siento que colapsaré en cualquier instante, y mi cabeza da vueltas a cada paso que doy, bombeando tan fuerte que siento que mi cerebro se romperá en cualquier momento. No sé en qué segundo ocurrió, pero mis ojos picaban y por más que pestañeaba sentía que terminarían lagrimeando y temía perder la compostura en frente de todos. En el mismo lugar físico en el que se encuentra Jennie. Por eso huí, y porque no soporto lo que implican las palabras del médico.
Una mano fuerte y torpe me golpeó con fuerza el brazo, haciéndose del agarre y logrando que detuviera mis piernas erráticas y me enfrentara a él. Mi respiración estaba irregular, y la de Seokjin también logrando que sus fosas nasales se agrandaran más de lo que estaba acostumbrado en su dulce rostro.
Creo que no me quito de la cabeza la idea de que sería más fácil si él fuese mi destinado. Él, con su alegre belleza, con sus mejillas marcadas por su sonrisa... él, que había mantenido su polla lejos de mi ex prometida.
—Taehyung... ¿No escuchaste lo que dijo el médico? Ustedes deben estar juntos. Si escapas de Jungkook ahora, ambos morirán.
No.
Los vínculos de destinados eran algo que ocurría principalmente entre Alfa y Omega, era algo que estaba creado para ellos, para generar las uniones más fuertes que una simple marca en el cuello y una conexión terrenal, sino algo más sagrado, algo que estaba históricamente en el día a día de todos los lobunos. Pero incluso en el mundo moderno no se encuentran muchas parejas destinadas porque no todos tienen la suerte de conocer a la persona que es su otra mitad: se dice que todos los lobos tienen su símil al que amarán a futuro como su complemento total, el problema es lograr encontrarlo a través de la marea de lobos que existen en el mundo. Jamás he escuchado de la unión de un Alfa y un Beta, o de un Beta con un Omega, porque no parecía ser algo natural.
Nosotros no tenemos nada para ofrecer. Los Alfa tienen la inclinación de hacer familia y de comandar, de criar herederos a fuerza de carácter y de similitud, mientras los Omegas suelen acunar a sus cachorros con amor y dedicación. ¿En qué punto entramos los Betas, en este contexto?
—Esto... Esto no es posible. —arranqué la mano de Seokjin de la mía con un fuerte movimiento que generó que sus garras me dañaran, pero nada me importaba ahora. Solo mi visión borrosa, el dolor de mi cabeza y la incomodidad en el fondo de mi garganta. —No puede ser posible que un Alfa como tu hermano esté unido a mí. Esto es una estupidez. Es una locura.
—¿Cómo lo sabes?
—¡POR QUE NO LO SIENTO! —grité, y mientras decía esas palabras ante la mirada de incomodidad y crítica de toda la sala de espera, me di cuenta que estaba mintiendo. Pero estaba en tal nivel de negación que si ya había empezado con esto, ¿por qué no seguía? —Si fuera mi jodido destinado, ¿no lo sabría yo antes que todos ustedes? Esto... Esto no es para Betas. Nosotros no tenemos estas conexiones... no tiene sentido.
