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Seokjinnie.

Iré por unas copas. ¿Te gustaría acompañarme?

22.43.

Llevaba mucho tiempo fuera de casa ya. No sé que más hacer: el primer día había sido trabajar hasta tarde, el segundo estar con Jimi hasta entrada la noche, el tercero fue comprar algunas cosas que necesitaba como ropa, utensilios de aseo, ducha y otros, y hoy... era mirar la luna sin ningún otro panorama que me mantuviera obligado lejos de la casa de los Jeon. Le había prometido a Jungkook no ser un estorbo, no inmiscuirme en su vida y generar incomodidad, y estaba intentando bajo todos los términos no serlo, también porque me genera mucha baja de autoestima cada vez que veo a Jungkook y la belleza atronadora que tiene y el saber que ahora es la pareja de la persona que fue mía hace tanto tiempo. Eso, y que de cierta forma duele mucho. Demasiado.

Miré el celular que todavía estaba encendido luego del mensaje de Jin y sentí que me había otorgado una razón de peso para mantenerme fuera de casa, pero por alguna razón mi interior se sentía fuertemente atraído con la idea de caminar las cuatro cuadras que me separaban del lugar actual en el que estaba hasta la enorme casa de Jin y Jungkook, sentía que era algo necesario, como si hubiese algo que debería hacer allá, algo que me llamaba hasta ese espacio físico como un imán y por más que intentaba deshacerme de la sensación, parecía solo aumentar con la luz de la luna. Y era tarde, no tengo que fingir. Incluso si veo a Jungkook será algo de unas cuántas horas, y por mucho que intente mentirme a mi mismo, la verdad es que ansío esas vistas robadas que he tenido de él cada día, aunque me lo niegue a mi mismo.

Mis ojos intentan encontrarlo cuando él no se da cuenta.

Su olor a pino y roble siempre es más fuerte en las mañanas, y sueño con enterrar mi nariz en el hueco de su cuello e inhalar como si fuera un jodido perro.

Su cabello largo es ondulado, pero él lo suele llevar en una cola y anhelo recorrer sus hebras con mis dedos largos y quitárselo, observar en cámara lenta como caen sus rulos hacia su rostro tapando las zonas rapadas, sueño con poder enterrar mis dedos allí y recibir los indicios firmes de su olor en aquella zona.

El segundo día en la casa tuve un vistazo de él saliendo del baño: se estaba paseando solo en pantalones, y noté a la rápida como sus tatuajes adornaban desde su mano hasta el hombro, envolviéndolo en su totalidad y haciéndome añorar tener la misma suerte de Jennie de poder verlos de cerca, de tocarlos y acariciarlos y...

Ese día supe que algo extraño me pasaba.

¿Qué tenía que estar pasando en mi cabeza para pensar así de la misma persona que me hizo terminar mi relación? ¿En qué momento perdí la cordura?

¡Era solo un Alfa, sin sentido, sin gracia con el que Jennie me había sido infiel! Tengo que recordarme eso fuertemente a cada momento.

Y eso fue lo que me mantuvo en el mismo sitio, no importando el frío, ni el hambre, ni el sentimiento en mis entrañas de que tenía que llegar a casa. En cambio, me quedé mirando hacia la luna, pensando y recreando escenas dolorosas en las cuales llegaba a casa y me encontraba con Jennie y Jungkook. Comencé a pensar en cómo sería mi reacción una vez que me enfrentara a la imagen en vivo y en directo de su felicidad como pareja, y supe que en verdad solo debía resignarme al destino, desearles suerte y seguir con mi vida como si no doliera. No se veía tentador, pero tampoco podía seguir siendo más patético.

Beautiful fate |  kookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora