El destino es algo cruel, más aún cuando te juega las pasadas que le juega a Jungkook, quién conoce al destinado de su lobo cuando lo descubre en el momento en que el mismo Jungkook se enreda en las sábanas de la prometida de Tae.
o, cómo Jungkook t...
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No podía decir que no me gustaba como se movían las cosas entre ambos ahora, porque sentía que habíamos logrado llegar a una especie de buena relación que funcionaba ideal para él, pero no tanto para mí, básicamente por... bueno, porque tenía un lobo negro más que enamorado de Kim Taaehyung al que no le había bien el intentar entender que en verdad Tae no nos quería a nosotros por mucho que así pareciese, sino que estaba casi obligado a convivir familiarmente a nuestro lado y con nuestro cuerpo, que además dormía en nuestra cama, que nos abrazaba en la noche como si fuésemos un salvavidas, que nos besaba tímidamente con los ojos brillantes y...
Y me di cuenta demasiado tarde que las líneas de separación se habían difuminado y que ya no sabía cómo retroceder.
Tanto mi lobo como yo suspirábamos tras Taehyung como si fuéramos unos patéticos lobos, y de vez en cuando, en los momentos en que me permito pensar, soñar y calcular un futuro, a veces pienso que Taehyung también siente algo por nosotros. Salvo que detengo mi tren de pensamientos justo antes de darme esperanzas.
Seokjin por fin había vuelto a casa, y la alegría inicial al verlo disminuyó en cuanto me di cuenta que los jueguitos a los que habíamos caído con Taehyung debían restringirse a la habitación que compartíamos, y que ahora iba a haber otro olor flotando en el aire que se iba a entremezclar entre la ropa que lavábamos juntos, en los espacios comunes, en las habitaciones y en el baño, y la idea de que mi Beta se familiarizara con el aroma de mi hermano tanto como el mío me hizo crisparme, mis vellos erizados y sin poder evitarlo le mostré mis dientes a mi hermano, permitiendo que mi Alfa se hiciera cargo de una situación que no era para nada amenazadora para nosotros pero que le hacía perder la cabeza de todas formas.
En cambio, Seokjin se rió en mi rostro. —Hermano, no te preocupes. Vengo a buscar mis cosas para dejarlos tranquilo. Encontré un apartamento cerca... sé que no me pediste irme ni nada, pero prefiero ser yo el que de un paso al costado, al fin y al cabo este lugar lo encontraste para tí. Que yo me haya sumado al final porque me dio pereza encontrar un hogar propio es otra cosa, así que me parece sensato que me vaya.
—¿Estás seguro?
—Sí. Solo cuida a Taehyung. Es un gran hombre, y un gran guerrero.
—Lo sé. —por un lado no me sentaba cómodo que otro Alfa estuviese alabando a Taehyung, a pesar de que las palabras que me decía eran muy genéricas y en nada sonaban como si intentara cortejarlo, pero mi lobo y yo, con los sentimientos abrasadores y unidireccionales, no podíamos evitar sentirnos de esa forma, a pesar de que todavía nos llenaba de orgullo que la gente pudiese ver las cosas positivas de nuestro Beta y todo por lo que brillaba.
Y es que este tiempo (ya casi dos meses) desde que empezamos a vivir juntos en los cuales ya el último mes estuvimos completamente solos sin la interrupción de mi hermano, en este mes en que me ofrecieron un cargo como Alfa comandante de una de las tropas que patrullaba cerca de la de Taehyung y en donde pude desenvolverme en la aldea con un poco más de tranquilidad, me di cuenta de todos los pequeños detalles que hacían latir mi corazón por el Beta.