O H MAgarro el teléfono de Nanon, cuando está escribiendo y bloqueo la pantalla, colocándolo a un lado.
Es que quiero su atención.
—¿Vamos al cine hoy?
Él finge pensarlo, pero no voy a aceptar un no.
Va a viajar con Chimon el fin de semana, y no pueden llevarme porque tengo que grabar, y eso me ofende.
No me gusta cuando no estoy incluido en los planes.
—¿Te mueres por pasar tiempo conmigo? —pregunta apoyando su cabeza en mi hombro.
—Sabes que sí —bromeo con sarcasmo— no puedo vivir sin ti.
No dormimos bien anoche, porque descubrimos algunas cosas que tenemos en común, y nos quedamos hablando por mensajes en la madrugada.
Por eso tiene sueño.
Suspira, cerrando los ojos, y sonrío mirándolo.
No es fácil para mí tener amigos.
Me refiero a que, soy capaz de llevarme bien con las personas, pero no puedo ser cercano a ellos, al punto de abrirles mis sentimientos.
Soy más del tipo reservado, que conoce a todos, pero sale corriendo cuando tiene que interactuar en exceso.
Un poco está bien, mucho ya me hace sentir abrumado.
Cuando tengo un proyecto, paso más tiempo del habitual con quienes trabajan conmigo, pero esto es diferente.
Yo realmente quiero ser su amigo, y no me pasa seguido.
Disfruto genuinamente de la compañía de Nanon, y creo que puede durar.
Interactuar en exceso está bien, si es con él.
—¿Quieres que sea tu almohada? —le pregunto acomodando su cabello.
—Eres incómodo —dice moviéndose.
Se estira en el sillón y apoya su rostro en mis piernas, asintiendo.
—Acepto hacerte el favor de ir contigo, pero voy a escoger la película yo —agrega haciéndome reír.
Juego con mi dedo en su cara, para molestarlo.
Me lo merezco, porque ha pasado toda la semana cancelándome, y lo entiendo porque tiene una novia ahora, pero debería repartir su tiempo para mí también.