N A N O NSuspiro colocando el último borrador del guion en el escritorio, porque he acabado de leerlo y creo que es interesante.
La historia es buena, siempre me ha gustado trabajar en proyectos que me saquen de mi zona de confort para evolucionar como actor.
Entiendo que esto es diferente a todo lo que hice antes, y hablo de la recepción del público.
Sé todo lo que incluye el hecho de meterme en esto, pero quiero hacerlo.
Intento poner de prioridad mi carrera, aunque mi vida personal últimamente es un caos.
Es bajo cualquier ángulo una buena decisión, con un director al que respeto y un personaje que me agrada.
Sin embargo, tengo mis dudas.
Mi salud mental, al igual que mi relación, tiene altos y bajos.
No estoy pasando precisamente uno de los altos.
Estoy algo estancado en lo que mi psicólogo llama episodio depresivo, y está durando más de lo que me gustaría admitir.
No soy una persona que habla a detalle de sus malos momentos, en el pasado los compartía más, pero he madurado lo suficiente para ya no exponerme como antes.
Era más pequeño, y tenía menos atención mediática que ahora.
Suspiro mirando mi teléfono, porque la luz está encendiéndose.
He dejado una pelea a la mitad por esta reunión, y mi novia no lo está entendiendo.
Tenemos algo bueno, solo… todo el mundo tiene problemas a veces.
No tengo una relación tóxica, es una real.
—¿Pensaste ya en el cast? —le pregunto aclarando mi garganta y él asiente.
—Tengo algunas ideas interesantes.
Está sonriendo, así que tengo curiosidad.
—¿Pensaste en mi coprotagonista?
—Sí.
—No vas a decirme, ¿o sí?
—Bueno, lo conoces —dice levantándose.
Tengo una lista amplia de conocidos, sobre todo en el aspecto laboral.
—¿Y me agrada conocerlo?
La verdad es que no me llevo bien con todas las personas que han trabajado cerca de mí.
—No lo sé, Ohm es tu amigo, ¿o no?
Sonrío.
—Es mi mejor amigo —respondo apoyándome en el respaldar de la silla.
No es sencillo pasar tiempo juntos.
Nuestros horarios no suelen ser compatibles, y durante la pandemia he estado metido en mi casa, algo aislado por todo lo que tengo en la cabeza.
Extraño que estemos cerca.
Es divertido como llegué al punto de quererlo.
Siempre bromeo diciéndole que fue casi una obligación.
Es que lo fue.
—Creo que es interesante, quiero el papel —digo mirándolo y él sonríe.
—Gracias —responde acercándose— te necesito para esto, no quiero a alguien más.
—Confío en tu criterio, yo prometo esforzarme.
Creo que será divertido, porque siempre es divertido con Ohm.