N A N O NLevanto la mirada, porque Ohm me golpea con la almohada de su lado, desconcentrándome.
Estaba leyendo.
No voy a regañarle, porque fue mi error dejar que se quede a dormir hoy.
Me gusta ir a los talleres con el contexto claro de qué es lo que voy a hacer, y empezamos mañana.
—¿Qué quieres? —le pregunto bajando las hojas y él me sonríe.
—Te ves tan serio cuando te concentras.
Suspiro sacando la almohada de mi lado, para golpearlo también.
Él se ríe, colocando su rostro en mi pecho y me río porque intenta ser lindo, pero no lo es.
—Ya quítate.
—No quiero —responde estirándose— estoy nervioso, ¿tú no?
—Me hace sentir seguro conocer a mi personaje.
—Eres un cerebrito de la actuación —dice agarrando mi mejilla y yo entrecierro los ojos.
Ya no voy a leer hoy, cuando Ohm empieza a molestar, no se detiene.
—¿Sabes qué es complicado? —le pregunto jugando con su cabello.
—¿Qué?
—Tengo que convencer a todos de que me gusta alguien como tú.
Me río, porque está ofendido.
—¿Qué significa alguien como yo? —suelta golpeándome en el hombro— tú siempre dices que soy guapo.
—Te miento, porque te quiero —respondo sonriéndole y se sube sobre mí, atrapando mis manos contra el colchón.
—Retráctate.
—No —me niego riéndome y él acerca su cara a la mía.
—Pues no importa si crees que soy feo, porque vas a tener que besarme, de todos modos.
—Pediré libertad creativa, no quiero tu lengua cerca de mí, así que vas a mantener la boca cerrada cuando toques la mía.
Lo miro a los ojos, porque presiona mis mejillas con una mano, y mis labios están cerca de los suyos.
—Eso no es profesional, Nanon.
—¿Por qué? —le pregunto bromeando— ¿Tú si quieres besarme?
Me río porque hace una mueca de asco.
—Quisieras.
—Quisieras tú.
Lo empujo para que se quite y me sonríe, acostándose a mi lado.
Cuando paso tiempo con Ohm, no puedo parar de reír.
—No puedo creer que van a pagarme por pasar tiempo con mi mejor amigo —dice soltando un suspiro.
—¿Suena bien?
—Suena al mejor trabajo del mundo.