O H M
Tenemos que grabar, otra vez, es un proyecto por el que ya habíamos firmado, pero Nanon solo prefiere ahora juntarse con el resto.
Estamos bien, supongo.
Hablamos un poco del guión y eso fue todo.
Creo que la conversación que tuvimos hace unos días, fue clara.
Ya no tengo que proyectarme laboralmente con él.
Me afecta, porque toda esta etapa trabajando juntos ha marcado mi vida de muchas maneras.
Quisiera seguir haciéndolo.
Veo lo que ha compartido en sus historias, y subo la mirada para dirigirla a él.
Está sentado frente a mí.
—Siento que he desaparecido de tu vida pública.
Baja el teléfono y me mira, ladeando la cabeza.
—¿Por qué? —me pregunta.
—Solo digo que el tiempo pasa, y antes yo parecía especial, pero ahora tienes a todos esos amigos ahí, siendo más relevantes que yo.
—No entiendo qué clase de reclamo es ese, Ohm.
—Tenemos que vender, ¿viste todo lo que la empresa está sacando?
—Lo vi.
—¿Y qué es esto? —le pregunto pasando frente a sus ojos todo lo que ha subido.
—Soy yo, disfrutando mi tiempo libre con mis amigos.
Quizás me molesta porque ya no soy parte de eso.
Ya no sé cuándo fue la última vez que pasamos un día juntos.
Está grabando conmigo, pero sus fotos no me incluyen.
Habla más con el resto, y yo solo quiero encontrar la manera de que esto vuelva a ser como antes.
—Las personas se han dado cuenta.
—¿Y?
—Todavía tenemos proyectos después de este.
—Y los voy a hacer, no tienes que preocuparte —responde caminando a la puerta.
Agarro su brazo y me mira, deteniéndose.
—No entiendo, a veces parece que estamos solucionándolo todo y luego volvemos a estar mal.
—No funcionamos, Ohm.
Muevo la cabeza negativamente, y él suspira.
—Voy a trabajar —me dice quitando mi mano— yo respeto a las personas que aman mi trabajo.
—Bueno, tú sabes lo que quieren.
—Tú estás dispuesto a darles eso, y está bien, pero para mí, no mentirles es la manera de devolverles todo lo que me dan.
