Jade Miller siempre había soñado con ser una bioquímica exitosa, capaz de descubrir curas para las enfermedades más mortales. Pero su sueño se convirtió en una pesadilla cuando fue secuestrada por Emir Bianchi, un poderoso y peligroso mafioso italia...
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"Siempre estaremos juntos hasta que la muerte nos separé".
Despierto agitada y con el cabello pegado a la frente por el sudor, la alarma del reloj suena de fondo mientras yo intento recuperarme de aquel sueño que cada noche se repite, aunque ya ha pasado un año desde que viví aquel infierno es imposible borrarlo de mi mente, por mas que intento cada noche regresan aquellas pesadillas recordándome lo inhumano que pueden llegar a ser las personas.
-¡Jade cariño, ya esta listo el desayuno!- mi papá me grita desde el primer piso.
Me doy una ducha rápida, me visto con una blusa blanca y una falda negra que hace juego con la chaqueta de cuero, me cepillo el cabello dejándolo suelto haciendo que mis ondas caigan sobre mi espalda, no suelo maquillarme mucho pero las ojeras que adornan mis ojos me indican que esta vez debo hacerlo, me delineo los ojos resaltando el gris de estos y me coloco un poco de labial rosa. Bajo al comedor donde mi papá me espera para desayunar, desde que mamá falleció intenta al menos una vez por semana hacer los panqués de naranja que tanto le gustaban, aunque mi padre es un pésimo cocinero ya que casi siempre le sale quemado, al menos le doy los méritos por intentarlo.
–¿Quieres que te lleve a la escuela?- me dice con la boca llena mientras me ofrece un vaso de leche, por la hora que es deduzco que va tarde al trabajo. Mi padre es oficial de policía por lo que normalmente solo lo veo por las mañanas ya que siempre llega de madrugada.
-Gracias papá pero Erick pasara por mi- me tomo el vaso de leche evitando la mala mirada de mi padre, por mas que he intentado no logro hacer que ambos se lleven bien, desde el momento en el que los presente parece que iniciaron una guerra sin final.
-Sabes que ese chico no me gusta para ti- me dice mientras le acomodo la corbata- mereces un hombre de verdad que te proteja no un narcisista que solo se preocupa por su belleza.
-Ningún chico es digno para ti papá- le doy las llaves de su ford interceptor y me cuelgo mi mochila- solo dale una oportunidad, necesitan convivir para conocerse.
-¿vez lo que te digo?- Erick se encuentra en su coche peinándose el cabello mientras se observa en su retrovisor- primero esta su belleza antes de venir por ti hasta la puerta.
Ruedo los ojos al mismo tiempo que niego con la cabeza ante el nulo intento de mi padre por llevarse bien con mi novio, me despido con un beso en la mejilla y me dirijo hasta el coche de mi novio quien me recibe con un beso.
-Hola preciosa y ¿eso que te maquillaste no dormiste bien?- su pulgar recorre mi mejilla con un suave masaje que me hincha el corazón.
-Me dormí hasta tarde haciendo la tarea de hematólogia- busco en mi mochila y le entrego una copia de esta- me duele la muñeca pero dudo mucho que la maestra se de cuenta que no es tu letra.
-Te he dicho que eres la mejor?- besa el dorso de mi mano y después hojea la tarea mientras sonríe, Erick tiene esa sonrisa que se contagia en cuestión de segundos es una de las tantas cosas por las que me enamore.
