Jade Miller siempre había soñado con ser una bioquímica exitosa, capaz de descubrir curas para las enfermedades más mortales. Pero su sueño se convirtió en una pesadilla cuando fue secuestrada por Emir Bianchi, un poderoso y peligroso mafioso italia...
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Emir
Desperté con el suave sonido de las olas rompiendo contra la orilla. La luz del sol se filtraba por la ventana, llenando la habitación con un cálido resplandor. Abrí los ojos lentamente y, al ver el reloj, me di cuenta de que ya pasaban de las diez. Una sonrisa se dibujó en mi rostro al recordar la noche anterior. Me levanté con calma y me dirigí al baño. Al abrir la ducha, el agua tibia comenzó a caer sobre mi piel, relajando mis músculos.
Mientras el vapor llenaba el espacio, mi mente volvió a los momentos compartidos con Jade. Recordé su risa, su mirada profunda y la manera en que sus dedos se entrelazaban con los míos. Cada detalle de la noche anterior estaba grabado en mi mente, desde la cena bajo las estrellas hasta los momentos más íntimos que compartimos.
Cómo nuestros cuerpos se entrelazaban con pasión, cada caricia y susurro grabados en mi memoria la sensación de su piel contra la mía, el ritmo de nuestras respiraciones sincronizadas, y la conexión que sentí con ella eran indescriptibles. Era como si el tiempo se hubiera detenido, permitiéndonos disfrutar de cada segundo juntos.. El agua corría por mi cuerpo, llevándose consigo el cansancio, pero dejando intactos los recuerdos de una noche inolvidable.
- No vamos a platicar ¿verdad? - pregunte al ver como colocaba el petillo a la puerta.
- No - su respuesta fue corta pero cargada de un deseo palpable.
Tomo mi corbata de manera coqueta antes de jalarme hacia ella uniendo nuestros labios en un beso, lleve mis manos a su cintura pegándola a mi cuerpo, correspondiendo al beso de manera intensa, sus manos recorrían mi torso mientras intentaba torpemente desabrochar mi camisa. Baje el cierre de su vestido azul haciendo que este cayera hacia el suelo, me separe del beso para tomar aire, baje mi mirada para admirar su cuerpo, los pechos los tenia expuestos y su intimidad era cubierta por una braga de encaje azul haciendo juego con su vestido.
La tome por los muslos cargándola, la lleve hasta la cama donde de nuevo comencé a besarla, baje mis besos por su cuello mientras acariciaba su cuerpo
Salí de la ducha, sintiendo el agua caliente aún resbalando por mi piel. Me envolví en una toalla y me dirigí al espejo, listo para secarme el cabello. Pero cuando levanté la vista, me quedé paralizado. Mi cabello, normalmente blanco como la nieve, ahora era de un rosa chicle brillante.
- ¿Qué demonios...? - murmuré, acercándome al espejo para inspeccionar más de cerca. Pasé los dedos por mi cabello, esperando que fuera una ilusión óptica, pero no, el color era real.
Con el corazón acelerado, me dirigí al estante donde guardaba mis productos de baño. Agarré el shampoo y lo examiné. Todo parecía normal hasta que noté un pequeño papel doblado en la base de la botella. Lo saqué con manos temblorosas y lo abrí.
"Esto no será fácil, Emir. Mi mami es solo mía... Belén"
Reconocí la letra de inmediato. Luigi. Sentí una mezcla de frustración y desafío. ¿Qué pretendía con esto? ¿Un simple juego o una advertencia seria? Miré mi reflejo una vez más, el cabello rosa contrastando con mis ojos azul cielo.
