🖤 ℂ𝕒𝕡𝕚𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟚 🖤

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El sol ilumina la mañana en Sicilia, ha transcurrido una semana desde que llegue aquí, sellaron las ventanas de la habitación para que no escape, después de que lo intente en repetidas ocasiones también colocaron a dos hombres en la puerta impidie...

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El sol ilumina la mañana en Sicilia, ha transcurrido una semana desde que llegue aquí, sellaron las ventanas de la habitación para que no escape, después de que lo intente en repetidas ocasiones también colocaron a dos hombres en la puerta impidiendo que salga, solo se abre cuando dejan pasar a la chica que es la responsable de traerme el alimento, que consiste básicamente en pan y agua. Observo a través de la ventana el enorme lago que se encuentra a la distancia, cuestionando lo estúpida que fui al actuar como si nada hubiera pasado, debí contarle a mi papá y huir a la Patagonia, debí imaginar que vendría a buscarme, la puerta se abre dejando pasar al hombre que es dueño de mis pesadillas, lo sé porque puedo reconocer a kilómetros ese aroma a ciprés sin necesidad de voltear a verlo.

-Haz bajado de peso.- el timbre de su voz es grueso siendo un deleite para mis oídos a pesar de odiarlo.

-Déjame ir a casa.- es la primera vez que viene después de secuestrarme.

-Ya estás en casa.- toma mi mentón y me gira hacia él para que lo miré - Créeme cuando te digo que estás mejor aquí.

Sus ojos se conectan con los míos y me es imposible creer que el chico tímido que conocí hace un año es el mismísimo hijo del Don de la mafia Niccoló Bianchi. Aunque no se parecen en lo absoluto ya que Emir es albino con ojos de color azul cielo, mientras que su padre es moreno con ojos de color miel y posee una cabellera negra azabache. Su madre Natallie Messina en cambio es pelirroja de ojos de color azul cielo, son una familia un tanto peculiar. Lo observó detenidamente, su rostro y su ropa esta cubierta de sangre, es un asesino, uno el cuál quiere poseerme como si se tratase de un objeto.

-Dime Jade ¿Qué necesito hacer para que me ames?- juega con un mechón de mi cabello mientras me sujeta de la cintura con fuerza.

-Déjame ir y te amare toda la vida.- digo sarcástica intentando soltarme de su agarre.

-No nena, no me pidas eso- coloca el mechón detrás de mi oreja- eres mía y nunca te dejaré ir.

-Ha pasado un año creí que lo habías superado- quito la mano que sujeta mi cintura- debes entender que no me puedes obligar a amarte.

-Superar a la chica que me humilló en público.- su mirada se torna oscura debido al enojo.- No lo creo.

-Tu sabes que yo no quería humillarte- digo desesperada cuando me agarra del cabello- ¡Tú me obligaste!.

-¡Me dejaste en el altar! Y después escapaste.- su tono de voz se  eleva y me aterra lo que pueda hacerme.

-¡Me secuestraste!- la cabeza me arde por el agarre y  comienzo a sollozar.

La pesadilla (borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora