🖤ℂ𝔸ℙ𝕀𝕋𝕌𝕃𝕆 𝟛𝟜🖤

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Narrador omnisciente

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Narrador omnisciente

Jade apretó el volante con fuerza, tratando de contener las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos, no podía creer lo que acababa de escuchar, lo que Latika le había dicho hace unos minutos, Emir, el hombre al que amaba con todo su ser, le había mentido, la relación que tanto negaba tener con Latika era verdad, eso fue lo que ella le aclaro después de decir que estaba embarazada, una maldita hora la escucho detallando cada vez que él le pedía un hijo.

Jade se sentía traicionada, humillada, destrozada. ¿Cómo había podido hacerle eso? ¿Cómo había podido jugar con sus sentimientos de esa manera? ¿Qué no le había dado ella? se hizo mil preguntas, pero ninguna tenía respuesta, sólo le quedaba el vacío, el dolor, el rencor.

Condujo a toda velocidad por las calles de la ciudad, sin importarle el tráfico, las señales, los semáforos. Quería llegar cuanto antes a casa de los Bianchi, sabía que Luigi y Lorenzo se encontraban ahí, en ese momento era lo que necesitaba a sus amigos que la habían acogido como una hija, allí se sentiría segura, protegida, consolada, allí podría llorar sin miedo, sin vergüenza, sin culpa.

Por otro lado Latika sintió un nudo en el estómago al ver el letrero de "Llegadas" en el aeropuerto, hacía meses que no veía a su familia, y ahora se disponía a reencontrarse con ellos

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Por otro lado Latika sintió un nudo en el estómago al ver el letrero de "Llegadas" en el aeropuerto, hacía meses que no veía a su familia, y ahora se disponía a reencontrarse con ellos. ¿Cómo reaccionarían al verla? ¿Qué dirían cuando les contara su noticia en la cena?
Buscó con la mirada a sus padres y a su hermano entre la multitud, de repente, los vio, su madre, con un sari rosa y una sonrisa radiante, su padre, con un turbante blanco y una mirada orgullosa y a su hermano, con una camisa azul y una expresión de completa felicidad.

Latika no pudo contenerse más y corrió hacia ellos, los abrazó con fuerza, sintiendo el calor de su amor, los besó en las mejillas, murmurando palabras de cariño, los miró a los ojos, buscando su aprobación.

- ¡Hija mía, qué alegría verte! -exclamó su madre, acariciando su cabello

- ¡Hermanita, qué guapa estás! -dijo su hermano, dándole un golpecito en el hombro - te he extrañado en casa

- ¡Latika, qué orgulloso estoy de ti! -afirmó su padre, besándole la frente - está alianza nos está favoreciendo bastante

Latika se sintió feliz por verlos, pero también nerviosa por la cena que les esperaba, ahí les informaría que estaba esperando un hijo de Emir, el hombre con el que se había casado, aunque en el fondo sabía que no era su hijo. Ya que el verdadero padre era su hermano Devak, ya que es el único hombre con el que ha estado y así debería seguir según lo que la tradición manda.

La pesadilla (borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora