Jade Miller siempre había soñado con ser una bioquímica exitosa, capaz de descubrir curas para las enfermedades más mortales. Pero su sueño se convirtió en una pesadilla cuando fue secuestrada por Emir Bianchi, un poderoso y peligroso mafioso italia...
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Jade
Observaba con una mezcla de alivio y preocupación cómo el pequeño Lucas,, mostraba signos de mejoría. Cada día que pasaba, el brillo volvía un poco más a sus ojos, y su risa, aunque todavía débil, empezaba a llenar la habitación otra vez.
- ¿Crees que estaré bien para mi fiesta de cumpleaños? - preguntó con una emoción que no había mostrado en semanas - mamá dijo que podía tener una fiesta de disfraces
- Por supuesto que sí le asegure con una sonrisa mientras iba colocando cuidadosamente el antídoto en su intravenosa - Y será la mejor fiesta de disfraces que hayas tenido
- ¡Entonces tienes que venir! - el rostro de Lucas se ilumino con su sonrisa - ¡Y necesitarás un disfraz!
- Estaré allí, y con el mejor disfraz que puedas imaginar - La invitación me tomó por sorpresa, pero mi corazón se calentó ante la idea
Aunque, una sombra de duda se cernía consumiendo mi interior, Últimamente, había notado un cambio en el comportamiento de Lucas. A veces, parecía rechazarme sin razón aparente, una reacción que me dolía profundamente.
Me sentía cada vez más conectada con Lucas, no solo como la amiga de su hermano sino también como alguien que genuinamente se preocupaba por su bienestar. A pesar de los momentos de rechazo, sabía que había un vínculo especial entre nosotros, una especie de entendimiento tácito que iba más allá de las palabras.
Sabía que mi presencia le había proporcionado un gran consuelo durante su enfermedad, pero ahora que se estaba recuperando, sentía una extraña resistencia hacia mi. No entendía por qué, pero parecía que algo en su interior le decía que debía mantenerse a distancia.
Note estos cambios y aunque me preocupaban, decidí darle espacio, pensando que tal vez era parte de su proceso de curación. Sin embargo, no podía evitar sentir una punzada de tristeza cada vez que Lucas evitaba mi mirada o retiraba mi mano cuando le acariciaba el cabello. Un día, mientras preparaba la medicación de Lucas, él me miró con una seriedad poco común para su edad.
- Jade, ¿alguna vez te has sentido diferente sin saber por qué? - preguntó con curiosidad.
La pregunta me tomó por sorpresa, y por un momento, me vi reflejada en los ojos inquisitivos de Lucas.
- Sí - respondi suavemente - a veces los cambios son tan sutiles que ni siquiera nos damos cuenta hasta que algo o alguien nos hace verlos
- Creo que eso me está pasando - asintió, como si las palabras resonaran con algo dentro de él -Pero no sé qué es
- No importa lo que sea, Lucas, lo enfrentaremos juntos - Me arrodillé junto a su cama, tomando su mano con delicadeza - recuerda, siempre estaré aquí para ti, no solo para tu fiesta de disfraces
