Jade Miller siempre había soñado con ser una bioquímica exitosa, capaz de descubrir curas para las enfermedades más mortales. Pero su sueño se convirtió en una pesadilla cuando fue secuestrada por Emir Bianchi, un poderoso y peligroso mafioso italia...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Jade
Después de un largo día, anhelo un descanso, al abrir la llave, el agua caliente comienza a llenar la bañera, y las burbujas emergen como pequeñas islas efervescentes. Me sumerjo lentamente, dejando que el calor se apodere de mí, mientras el aroma a vainilla se eleva en el vapor.
Con movimientos circulares, aplico el exfoliante sobre mi piel, desprendiendo con cada grano la fatiga del día, la sensación es casi terapéutica, una caricia que renueva y revitaliza. Al terminar, me envuelvo en la suavidad de mi albornoz, sintiendo cómo mi piel agradece el cuidado.
Deslizo la tela de satín de mi pijama sobre mi cuerpo, el encaje añade un toque de sensualidad, frente al espejo, divido mi cabello húmedo en dos secciones, trenzando cada una con delicadeza, dejando que los mechones caigan como cintas sobre mis hombros.
Para finalizar, aplico un toque de brillo labial, un gesto simple pero poderoso que usaré a mi favor con mi esposo, abro la puerta del baño y me recargo en el marco de manera sensual, como de costumbre Hiro está recostado en la cabecera de la cama leyendo un libro, en cuanto se percata de mi presencia no tarda en recorrer mi cuerpo con su mirada.
Subo a la cama y comienzo a gatear hasta su lugar, Hiro deja el libro en el buró y no tarda en tomarme de los muslos para acomodarme sobre su regazo, comienzo a besarlo mostrándole el deseo que siento, sus manos viajan a mi trasero el cual comienza apretar cuando comienzo a restregar mi sexo desnudo sobre la erección que tiene bajo el bóxer.
Me levanto un poco para que Hiro pueda quitarse la única prenda que trae puesta, cuando termina toma la orilla de mi pijama y me deja completamente desnuda. Con mi mano intento envolver a su miembro pero me es imposible cerrarla por completo entonces comienzo a maneobrarlo de arriba hacia abajo robándole pequeños jadeos que me invitan a besarlo. Sus manos se aferran a mi cadera mientras lo masturbo, sus labios lamen mi pecho arqueandome la espalda por el placer.
- ¡Mierda! - gruñe cuando aumento la velocidad - ¡Sigue así corazón! ¡Me encantas!
Continúo con los movimientos de mi muñeca, Hiro lanza la cabeza hacia atrás preso del placer y es cuestión de segundos para sentir como su semen cubre mi mano. Recarga su cabeza sobre mi pecho mientras intenta controlar su respiración, sonrió al verlo temblar extasiado. Me toma de la cintura y en un solo movimiento quedó bajo él, su lengua invade mi boca en un beso delicado.
Posiciona su miembro en mi entrada y con cuidado lo va introduciendo permitiendome adaptarme a su tamaño, comienza a dar embestidas lentas y suaves, cuando nota el movimiento de mis caderas pidiéndole más, aumenta el ritmo, haciendo que rasguñe su espalda.
