Un agudo y penetrante chillido en el oído sacudió a Teodora de su sueño. El sonido parecía rasgar el aire y desencadenó una jaqueca que amenazaba con estallar en su cabeza. Intentó llevar una mano a su sien para aliviar el dolor, pero se dio cuenta de que tenía las manos atadas a la espalda, firmemente sujetas a una silla en la que estaba sentada.
El ambiente estaba sumido en una oscuridad total, y una venda le cubría los ojos, impidiéndole ver lo que ocurría a su alrededor. Sin embargo, sus oídos agudamente sintonizados detectaron la presencia de varias voces masculinas que resonaban en la distancia.
Las voces parecían estar enfrascadas en una conversación animada, como si estuvieran discutiendo algo importante.
—Creo que ha recobrado la conciencia.
—¡Excelente! Ha llegado el momento que estábamos esperando.
—Vamos a quitarle la venda.
Escuchó pasos que se acercaban y luego sintió unos dedos acariciando su rostro con delicadeza. Después de unos eternos segundos, la venda se deslizó lentamente hacia abajo, revelando a las personas responsables de su secuestro.
Ante sus ojos, aparecieron gradualmente unos rostros familiares. Primero uno, luego dos, giró la cabeza para observar a su alrededor y fueron seguidos por tres, finalmente culminando en cuatro caras que reconocía. Cada uno de estos rostros portaba consigo una historia entrelazada en su mente, formando un círculo alrededor de Teodora.
Kevin, el dedicado guardia que había estado protegiéndola con lealtad durante semanas.
Shaymar Steeltall, el valiente guerrero de las arenas doradas que había conquistado su admiración.
Henry, el afable Worthington, cuya expresión llevaba una máscara de seriedad y cautela.
Y Nathaniel, el hermano sonriente y coqueto de los Worthington, que ahora guardaba un trasfondo de rencor y odio.
—¿Que...? —intento pronunciar Teodora, completamente desconcertada.
Una única interrogante martillaba su mente: ¿Cómo era posible que esos rostros estuvieran familiarizados entre sí?
—Mataste a nuestra hermana —dijo Henry con rabia en su voz—. Lo pagarás.
Teodora luchó por liberarse, utilizando toda la fuerza que su frágil cuerpo le permitía. Cada segundo que pasaba, su inquietud crecía, y su confusión sobre el entorno la abrumaba. Los hombres que la rodeaban no ofrecían explicaciones, sus miradas eran interrogantes silenciosas.
—Quieta —ordenó Nathaniel, quien estaba a su derecha, su mano presionando amenazadoramente su hombro. Teodora, sin embargo, decidió hacer oídos sordos—. Te dije que te quedaras quieta.
—No me quedaré quieta hasta que me expliquen qué quieren y qué está ocurriendo —respondió Teodora, desafiante.
—Princesa arrogante —gruñó Henry, mientras tiraba de su cabello para forzarla a mirarlo, ya que estaba detrás de ella—. Deberías mostrar respeto hacia mi hermano, o te haremos aprender a respetar.
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Los Siete Sacrificios [EN CORRECCIONES ✓]
FantasyAdéntrate en un mundo donde la Diosa del inframundo arrasa con todo, incluso con el corazón de la princesa. El reino de New Sun se encuentra inmerso en una catástrofe, donde misteriosos asesinatos y sacrificios tienen lugar en el castillo, desencade...