Los Siete Sacrificios [EN CORRECCIONES ✓]

[17]

La princesa Teodora se adentró en la enorme biblioteca del castillo, decidida. La sangre latía con fuerza en sus oídos mientras buscaba frenéticamente entre los estantes repletos de libros antiguos y polvorientos. El inminente encuentro que había tenido con Isabella la había impulsado a buscar respuestas de manera desesperada.

Sus manos temblaban cuando tomó uno de los tomos, leyendo el título con avidez. "Historias y Leyendas de New Sun", rezaba en la cubierta gastada. Teodora lo devolvió a su lugar con frustración. No era el libro que buscaba, aunque contenía fragmentos de la historia de su reino.

La tal Isabella era un misterio y parecía no haber registros claros de ella en ninguna parte.

Recorrió los pasillos de la biblioteca perseguida de sus guardias, ahora multiplicados, pasando por estantes llenos de conocimientos olvidados y relatos épicos. El tiempo se le escapaba y la sensación de urgencia crecía en su interior. Los murmullos de los libros parecían burlarse de su búsqueda incansable.

Sin embargo, un libro dorado captó su atención. "Crónicas Prohibidas: Secretos del Pasado", decía el título en letras elegantes. Ella lo extrajo con cuidado y lo abrió, escaneando rápidamente las páginas en busca de cualquier mención de Isabella.

Sus ojos se iluminaron al encontrar un capítulo titulado "El Enigma de Isabella". Devoró las palabras con avidez, buscando pistas que pudieran llevarla hacia la verdad que tanto ansiaba descubrir. Las crónicas hablaban de una antigua reina, una mujer querida que había cometido actos atroces siglos atrás.

Según los escritos, Isabella fue una princesa amada y apreciada, pero en el momento de su coronación masacró a la mayoría de su pueblo, lo que le impidió ascender a un estatus divino y la condenó a la oscuridad.

La princesa siguió leyendo, impactada por lo que revelaban las páginas del libro. Encontró referencias y teorías de sacerdotes que afirmaban que Isabella había sido poseída. Otros sostenían que aquella figura no era ella, sino un ser surgido de rituales y sacrificios en los que Isabella estaba involucrada. Cada página le revelaba un poco más sobre la oscura y misteriosa reina, y Teodora se sentía cada vez más intrigada y aterrorizada por su historia.

Aún así, no lograba entender qué tenía que ver Isabella con ella, su reino y el enemigo desconocido que acechaba a su pueblo.

Desesperada por encontrar respuestas, Teodora tomó la firme decisión de ir más allá de los libros. Debía adentrarse en los rincones más oscuros y peligrosos del castillo para desentrañar el enigma de Isabella y, con suerte, descubrir pistas sobre su misión y el asesino de su hermana. No obstante, antes de embarcarse en esa peligrosa misión, necesitaba recopilar más información y pistas que pudieran guiarla.

Por lo tanto, optó por agarrar varios libros de distintos estantes.

Con una gran cantidad de estos en sus manos, apenas podía ver, ya que obstruían su visión y dificultaban su camino de regreso a la habitación.